“Ausentes por la moratoria”. Llama la atención el espartano stand de Aebig (una mesa, un taburete y siete paneles denunciando la situación del biogás industrial) en la actual edición de Expobioenergía, que presenta unos pabellones repletos de las últimas novedades y tecnologías en quemadores, calderas, estufas, secaderos, máquinas de campo y producción y distribución de biocombustibles sólidos. Se visualiza así contraste entre una biomasa térmica que rezuma avances, novedades y aumento de instalaciones y una biomasa eléctrica casi paralizada debido a las normativas sobre renovables del Gobierno central y cuyo fiel reflejo es el biogás industrial, con las 29 plantas que presenta Aebig como escasa aportación al mix energético español.
Nada que ver con las palabras de alabanza y éxito que Antonio Silván y Tomás Villanueva, consejeros de Fomento y Medio Ambiente y Economía y Empleo, respectivamente, de la Junta de Castilla y León, y Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (organizador de la feria junto a la Fundación Cesefor), pronunciaron en los discursos de apertura de la octava edición de la feria. Subrayaron aspectos como que Castilla y León se ha convertido en un referente del sector en España gracias al dinamismo que ha insuflado el evento y que ha servido para que su Gobierno recibiera el Premio Fomento a la Bioenergía que otorga una feria que cada año va a más en expectativas, expositores, visitantes y negocios.
Visitas con bioenergía de “todos los colores”
Esta pujanza de Castilla y León se puede comprobar, entre otros medios, a través de las visitas técnicas que se organizan, donde en escasos sesenta kilómetros a la redonda se conocen iniciativas en funcionamiento con redes de calor públicas y privadas, empresas que incorporan la bioenergía en sus procesos industriales, otras que producen biocombustibles sólidos, centros de investigación especializados en bioenergía y comunidades de vecinos que, tras reticencias iniciales, acaban convencidas del ahorro económico y la seguridad energética que aportan las calderas de biomasa.
Dentro de la feria ayer fueron protagonistas la innovación y los pelets. En el primer caso se entregaron los Premios a la Innovación Tecnológica, cuyo primer galardón, dotado con 2.000 euros, fue para la empresa Drac por un economizador de combustible para todo tipo de calderas que, básicamente, permite aprovechar el calor que se evacúa por la salida de humos de estas para calentar el agua de retorno. Los accésit, dotados con 500 euros cada uno, fueron para Gloplastic por un sistema de acumulación y suministro de pelets y para Palazzeti por una estufa de pélet (Ecofire Adagio) que, según sus fabricantes, alcanza la mayor eficiencia térmica del mercado, al situarse por encima del 95%.
Red de calor con huesos de aceituna
Los fabricantes de pelets también tuvieron su momento durante el estreno de Expobioenergía. Ocho de ellos recibieron el certificado oficial ENplus de manos de Javier Muñoz, director de Aenor en Castilla y León: Ribpellet, Amatex, Naparpellet, Accuore, Aplicacions Energetiques de la Fusta, Biomasa Forestal, Galpellet y Ecowarm. Las cuatro últimas firmas son nuevas, por lo que se elevan a catorce las empresas productoras que cuentan ya con este sello de calidad y casi medio millón de toneladas los pelets certificados. También recogieron sus certificaciones las dos primeras compañías comercializadoras: Axpo Iberia y Carsán Biocombustibles.
Por último, el primer día de feria dio también para conocer, dentro de la jornada BIOenergía para MUNicipios (BioMun), interesantes iniciativas en torno a la biomasa que llevan a cabo municipios de toda España. Entre ellos destacó el de Huétor Tájar, en Granada, que presentó el primer año de funcionamiento de una red de calor pionera en nuestro país, ya que se abastece exclusivamente con hueso de aceituna. Su alcalde, Fernando Delgado, explicó que tenían intención de ampliar el suministro con renovables de algunas instalaciones del municipio con autoconsumo a través de placas fotovoltaicas, “pero el nuevo decreto sobre peaje de respaldo nos ha echado atrás porque no nos resulta rentable”.
En Austria, la política que fomenta las energías renovables impide estas marchas atrás. En un encuentro con periodistas Michael Spalek, consejero comercial de Austria en España, recordó que su país se ha planteado como objetivo llegar a 2020 no con el 20% de renovables que establece la Unión Europea, sino con el 34%. Para muestra vale el botón de la ciudad de Güssing, donde casi el 100% de la energía ya es renovable y la mayor parte de ella procede de la biomasa. “Queremos que para 2050 Austria consiga también este porcentaje”, recalcó Spalek. Una ambición que, de nuevo, contrasta con la exposición de Aebig en Expobioenergía.