“El proyecto de Alcántara está aplazado, afectado sobre todo por la moratoria a las renovables”. Fuentes de Ence no ocultan la razón por la cual han decidido paralizar la construcción de la planta de biomasa de 40 MW, tras superar los largos trámites que le llevaron a obtener la autorización ambiental integrada y la declaración de impacto ambiental positiva. Quedan en el aire seis plantas más (entre ellas estaban una en Melgar de Fernamental, en Burgos, y otra en Villaturiel, en León), a las que ya no se citaba en los últimos informes anual y de sostenibilidad de la empresa, pertenecientes a 2012. En diciembre de 2011, la compañía hablaba aún de un plan de energía renovable 2010-2015 que incluía la construcción de nueve plantas y 210 MW.
De las nueve, hasta la fecha solo han entrado en funcionamiento la de Huelva (50 MW) y la de Mérida (20 MW). Sobre esta última, Ence informó haces unos días que ha alcanzado y mantenido su potencia nominal durante varias jornadas de trabajo y durante las 24 horas con resultados “muy satisfactorios”. Los avances conseguidos en esta última etapa de la fase de arranque están destinados a “garantizar los rendimientos productivos y de calidad ambiental para el que han sido diseñados cada uno de los equipos que intervienen en el proceso”.
A punto la entrada en operación comercial
Recuerda Ence que comienza así la última etapa de la fase de puesta en marcha junto con su inscripción definitiva en el registro administrativo de instalaciones de producción en régimen especial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, algo que no consiguió la planta de Alcántara. Aunque desde Ence hablan también de los efectos de la nueva regulación tarifaria, no entrar en el último registro de pre-asignación de nuevas plantas antes de la moratoria es lo que ha paralizado las obras.
Pero desde Ence prefieren remarcar los aspectos positivos de su apuesta por la biomasa. Por un lado recuerdan que poner la planta de Mérida a pleno rendimiento “es una operación fundamental para ajustar el control y optimizar el funcionamiento de los equipos principales: caldera, turbina, planta de tratamiento de biomasa, la de tratamiento de aguas y la planta de tratamiento del efluente, fundamentalmente”. Con ello, queda cerca la entrada en operación comercial, cuya producción anual prevista es de 160 millones de kWh/año, suficiente para atender las necesidades de electricidad de cerca de 70.000 personas. Con ella, la compañía afirma incrementar “en casi un 9% su capacidad total instalada para producir energía con biomasa pasando de 230 a 250 MW”.
Expansión internacional
Por último, en Ence también añaden, aunque sin precisar, que están impulsando su desarrollo internacional en el campo de la generación eléctrica con biomasa, objetivo que le permitirá "poner en valor en los próximos años su potencial tecnológico en cultivos energéticos y generación con biomasa, tecnologías en la que la compañía está a primer nivel mundial”. Fuera de la biomasa eléctrica, hace poco se daba a conocer la participación de la compañía en un gran consorcio europeo, Cascatbel, cuyo principal objetivo es obtener un biocombustible líquido con características similares a los combustibles tradicionales procedentes de operaciones de refino de petróleo.