Recientemente asistí a una conferencia en la que tenía que hablar del acceso a la electricidad en los países en vías de desarrollo y no recuerdo bien el porqué pero rápidamente me surgió la necesidad de conectarme a internet y obtener la información para hacer el cuadro que encontraréis más abajo.
Hay cosas muy llamativas y que nos tienen que hacer reflexionar muy profundamente, no sólo sobre los modelos energéticos, sino mucho más allá. La lucha que mantenemos por sustituir las fuentes de generación, del todo justificada, es aún así insuficiente. Entendiendo que esta lucha pretende combatir el cambio climático y asegurar un desarrollo sostenible que se me antoja cada vez más difícil a escala global.
Basta echar un vistazo al cuadro que os comentaba.
Desde luego es llamativo que un ciudadano medio americano tenga a su disposición 27 veces más potencia que un africano medio y más del doble que un europeo. O que los españoles ¡tengamos más que los alemanes! Eso pone de manifiesto lo absurdo e ineficiente que puede llegar a ser un sistema. Independientemente de las fuentes de generación.
Desde que muy a finales del siglo XIX empezó a utilizarse la electricidad, lo cual pone de manifiesto lo reciente que es su uso, hay algunos datos muy curiosos. A finales de los 60 llegó a España el uso masivo de los electrodomésticos, lo que llevó a aumentar la demanda significativamente, aparte del desarrollo industrial. Pero es que en 1970 teníamos en España dieciocho gigavatios (18 GW) para 34 millones de habitantes: ¡528 watios pico (wp) per cápita! Es decir, ¡menos que ahora en Sudáfrica o China! Y, ¿estábamos tan mal? Por otra parte, ni que decir tiene que los electrodomésticos y la iluminación de entonces no conocían el significado de la palabra eficiente.
Si quisiéramos llevar al mundo a una situación similar a la media actual de Europa, ¿podéis imaginaros el impacto medioambiental de este incremento de potencia, aunque fuera 100% de origen renovable? Otro dato curioso: En 1973 éramos algo menos de 4.000 millones de personas en el planeta y usamos 6.100 MMtep, 40 años después crecimos hasta los 7.300 millones de personas, un increíble 182%. Pero en energía primaria crecimos un ¡221%! Y eso, con más de 1.000 millones sin acceso a la energía moderna.
En definitiva, sin duda hay que seguir peleando por las renovables, sobre todo donde aún no hay otras fuentes de generación instaladas, pero el modelo de consumo es el que debemos de cambiar rápidamente. Y eso es mucho decir y muy complicado. Son demasiados y muy grandes los intereses económicos de algunos a los que no preocupan las consecuencias de este modelo. ¡Vamos a necesitar refuerzos!