En la actualidad, según los datos reflejados en el PER 2011-2020, existen 47 plantas de biodiésel en España, la mayoría paradas o muy por debajo de su capacidad de producción, que en total suman 4.283 kilo-toneladas equivalentes de petróleo (ktep). Según los objetivos establecidos en dicho documento, las necesidades de consumo para el presente año 2011 se cubrirían con 1.816 ktep, las de 2012 con 1.878 ktep, las de 2016 con 2.020 ktep y las de 2020 con 2.313 ktep. Es decir, incluso para el objetivo marcado en el último año, la diferencia entre capacidad y consumo es casi el doble.
Durante la presentación del PER 2011-2020, el pasado lunes, en el auditorio del Centro de Convenciones Mapfre en Madrid, Carlos Alberto Fernández, jefe del Departamento de Biocarburantes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), fue el primero en recordar “la necesidad de aprobar cuotas de producción para el biodiésel español, como ocurre en Francia y otros países”, ante la delicada situación planteada por el incremento de las importaciones desde Argentina e Indonesia. Pero también incidió en que “a día de hoy, hay una sobrecapacidad en el sector del biodiésel”. En el PER se afirma que “la capacidad de producción se encuentra actualmente sobredimensionada con respecto a las necesidades reales de consumo”.
Más producción si suben las mezclas etiquetadas
A pesar de todo, la jornada de presentación del PER 2011-2020 sirvió para dar esperanzas al sector. Jaume Margarit, director de Energías Renovables del IDAE, afirmó que “el biodiésel tiene que jugar un papel muy importante en el transporte en España”. Fernández también fue claro: "que nadie piense que es posible que este país tenga un liderazgo en biocarburantes sin industria asentada”. “Es perentorio introducir los biocarburantes en el transporte –prosiguió–, porque son la única alternativa viable y serán la principal aportación, con un 9,2% respecto al 11,3% previsto”.
El jefe del Departamento de Biocarburantes del IDAE dejó otro comentario para la reflexión: “si queremos mezclas altas de biocarburantes hay que avanzar en las especificaciones técnicas”. Este asunto resulta de gran importancia, ya que los objetivos del PER 2011-2020 están fijados acorde con una mezcla de biodiésel con el gasóleo (producto no etiquetado) del 9 por ciento en contenido energético (es decir, la especificación del gasóleo debe admitir un 10 por ciento en volumen de biodiésel). La normativa actual permite un 10 por ciento de mezcla sin etiquetar de bioetanol y sólo un 7 por ciento de biodiésel, pero los productores de biocarburantes afirman que, técnicamente, se pueden alcanzar mayores porcentajes etiquetados.
El PER también pronostica hipotéticos escenarios con B30 (30 por ciento de biodiésel) y consumos de hasta 5.320 ktep. En este caso, se sobrepasaría la capacidad de producción de las plantas españolas. La sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) ha comentado en más de una ocasión que las principales marcas de camiones y autobuses de todos los países garantizan el uso del B100 (biodiésel puro) y del B30 en sus motores y que existen en España, desde hace años, más de 500 gasolineras que dispensan B10, B20 y B30 sin que se conozca ningún problema técnico en los vehículos de los usuarios.