La última nota de prensa difundida por el gabinete de comunicación de la alcaldía de Alburquerque no es especialmente tranquilizadora. Ángel Vadillo –dice la nota– comienza a padecer "los efectos de una larga huelga de hambre; por ello, el SAMUR monitoriza más frecuentemente la salud del primer edil; esta mañana [por ayer], una unidad móvil del 112 se ha desplazado hasta la puerta del Ministerio de Industria de Madrid para repetir las analíticas que alertaron al SAMUR el pasado viernes por sus altos niveles de creatina, que podrían producirle problemas en los riñones". En un par de días –concluye la nota–, "conoceremos los resultados de las pruebas y sabremos si se solicita o no el ingreso de Ángel Vadillo; en cuanto a su peso, en la última semana ha perdido otros dos kilos".
Titular explícito... y con implícitos
El alcalde de Alburquerque (PSOE) lleva cuarenta y cuatro días en huelga de hambre, una huelga dura cuyo objetivo es que el gobierno abra "una mesa de negociación para solucionar el problema entre todas las partes implicadas en el sector de las renovables". Una huelga larga que ha empezado a atraer ya a determinados políticos. El jueves pasado, un grupo de diputados socialistas visitó a Vadillo a las puertas del ministerio y ayer mismo, el ex presidente de la Junta de Extremadura, el también socialista Guillermo Fernández-Vara, fue fotografiado en el mismo lugar con el edil de Alburquerque: "Ángel Vadillo recibe la visita de Guillermo Fernández Vara cuando se cumplen 43 días de su huelga de hambre" es el titular –tan explícito como lleno de implícitos– que aparece en el muro de Facebook del alcalde.
Muchos días
Sea como fuere, los últimos acontecimientos parecen ir precipitándose. Probablemente, porque 44 días son ya muchos días en huelga de hambre. Así, los grupos socialista, de UPyD e Izquierda Unida, a modo de eco de la lucha de Vadillo, solicitaron ayer la comparecencia del ministro de Industria en sede parlamentaria "para informar de las medidas que va a adoptar el gobierno para solucionar los problemas del sector de las energías renovables". Y, ayer, el PP –concretamente el diputado Ovidio Sánchez– se opuso a la comparecencia con un discurso de corte clásico preñado de medias verdades, descaradas mentiras y auténticas sandeces. Así, y para empezar, Sánchez asoció renovables y déficit: "las renovables son maravillosas... Pues claro que lo son... Pero debemos ya 24.000 millones de euros del déficit tarifario", dijo.
Las cosas de Ovidio
Eso sí, el momento culminante de su lamentable intervención fue sin duda el referido al "plan 20-20". El denominado Plan 20/20/20 de la Unión Europea establece tres objetivos para la España de 2020: que el 20% de la energía primaria que consuma el país ese año salga de fuentes renovables; que reduzcamos nuestras emisiones de CO2 un 20%; y que reduzcamos nuestro consumo de energía en un 20%. Pues bien, según Sánchez, a día de hoy "ya cubrimos el plan 20-20, con todo lo que está puesto ya... ya se ha cubierto". Afirmación sobrenatural, habida cuenta de que España ni ha reducido su consumo de energía en ese porcentaje (ni de lejos); ni ha rebajado sus emisiones (ni mucho menos); ni por supuesto genera ya el 20% de su energía primaria con fuentes renovables (ahora mismo no llega siquiera al 12). En fin, lo dicho: discurso de corte clásico preñado de medias verdades, descaradas mentiras y auténticas sandeces.
Frente a la Crisis, renovables
Por lo demás, un colectivo de profesionales que sí saben de números, Economistas frente a la Crisis, ha publicado hoy una carta "En apoyo de Ángel Vadillo" que empieza así: «En no pocas ocasiones Economistas Frente a la Crisis se ha posicionado clara y públicamente a favor de las energías renovables, calificándolas como uno de los indispensables e irrenunciables vectores de futuro, crecimiento y desarrollo que nuestra economía necesita, cada vez de forma más apremiante». El manifiesto "En apoyo de Ángel Vadillo" concluye así: «Economistas Frente a la Crisis quiere manifestar públicamente su solidaridad con Angel Vadillo, alcalde de Alburquerque, con quien comparte plenamente sus preocupaciones. No sólo Alburquerque necesita encontrar alternativas sostenibles a su futuro, también lo necesita España y en ese empeño el desarrollo de las tecnologías renovables y de los servicios que prestan constituye, sin duda alguna, una contribución nada despreciable al cambio del modelo productivo que nos ha hundido en esta crisis».
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