Con esta actuación, E.ON quiere evitar que los parques eólicos sean desconectados temporalmente para no producir cuellos de botella en la red de suministro, permitiendo, por tanto, que sigan produciendo, informa la compañía en su página web.
La planta trabaja utilizando el procedimiento de la electrólisis. Gracias a ello, se producirán cerca de 360 metros cúbicos de hidrógeno por hora. El hidrógeno posteriormente puede ser gestionado como el gas natural. Cuando este proceso ha finalizado, se incorpora a la red regional de gas para producir energía y calor.
Esta tecnología es particularmente interesante porque permite una gran capacidad de almacenamiento gracias a la infraestructura de la red de gas existente si bien, debido a la regulación en materia de gas, de momento solo es posible incorporar pequeñas cantidades de hidrógeno en la red. Para ampliar este potencial de almacenamiento de energía, el paso siguiente será convertir el hidrógeno en gas sintético. Teóricamente esto permitirá utilizar toda la capacidad de la red.
"Si Alemania amplía el uso de las energías renovables tal y como está previsto, la energía generada en días de mucho viento o sol superará a menudo la demanda, lo que llevará a la red de suministro al límite de sus capacidades", ha señalado el director de Tecnología e Innovación de E.ON, Klaus-Dieter Maubach. "Por ello E.ON está invirtiendo en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de grandes volúmenes de energía, y la transformación de energía en gas es una solución prometedora para el sistema de suministro energético del futuro", añadió el directivo.