Los datos de España en relación al consumo de biocarburantes durante 2013 ya se sabían que eran bajos tras conocer el resumen estadístico publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que entre otros detalles mostraba un descenso en casi un 60% del biodiésel. Sin embargo, vistos y comparados con el resto de los Veintiocho, la imagen empeora, en especial si se añade que España es el único país de Europa, entre los principales productores y consumidores, que no certifica la sostenibilidad de un solo litro de biocarburantes.
España es la principal responsable del descenso del consumo de biocarburantes en la UE en un 6,8%, de 14,4 a 13,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep). Muestra el bajón más acusado, al pasar de un tercer puesto europeo en 2012 con de 2,1 millones tep al quinto con menos de la mitad de consumo en 2013 (996.000 tep). También caen Alemania (de 3 a 2,8 millones tep) e Italia. Entre los que suben de forma más notoria están el Reino Unido, Polonia y Suecia.
Inseguridad propiciada por la reforma de las directivas
Son datos extraídos del barómetro de 2013 sobre biocarburantes que acaba de publicar el Observatoire des Energies Renouvelables (EurObserv’ER). Este mismo organismo apunta a la incertidumbre regulatoria propiciada por la modificación de las directivas europeas de energías renovables y de calidad de los biocombustibles en el transporte. La previsible reducción de la incorporación de los biocarburantes de cultivos y la posible inclusión del cambio indirecto del uso de la tierra (ILUC, en sus siglas en inglés) en las emisiones de gases de efecto invernadero no ayuda a estabilizar el mercado y empujar el consumo, resumen desde EuObserv’ER.
Entre los efectos que provoca esta indefinición está la disparidad de normativas en cada país. Y es aquí donde EurObserv’ER apunta a los dos principales culpables de la situación: España, que redujo drásticamente los porcentajes de incorporación de biodiésel y etanol en gasóleos y gasolinas, respectivamente, y Alemania, quien eliminó en 2013 las exenciones fiscales a la producción de biodiésel. Como ya avanzó APPA Biocarburantes, España, según aparece en las tablas de EurObserv’ER, ha pasado de estar cuarta por la cabeza en objetivos obligatorios en el transporte, con un 6,5 general, a quedarse la cuarta por la cola, con un 4,1%, solo por encima del Reino Unido, Grecia y Croacia.
Como mucho, un 7,5% de biocarburantes para 2020
Un barómetro más, EuObserv’ER contabiliza y valora el crecimiento de la certificación de los biocarburantes como sostenibles. En este caso, aunque desciende el consumo general, aumenta ligeramente el de los litros certificados, al pasar de 11,7 millones de tep en 2012 a 11,8 millones en 2013, lo que supone el 86,5% sobre el total. Como se ha dicho, al contrario de países como Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Polonia, entre otros, que certifican el 100% del consumo como sostenible, España no lo hace con un solo litro, al igual que Finlandia, Bulgaria, Chipre, Malta y Estonia.
¿Y qué ocurrirá en el futuro? Las conclusiones de EurOBserv’ER son que será imposible llegar a los objetivos fijados en los planes de acción sobre energías renovables presentados por los Estados a Bruselas e incluso a un 8% de biocarburantes en el transporte para 2020. En el barómetro calculan que de los 300 millones de tep consumidas en el transporte en ese año, 22,5 millones serán de biocarburantes, es decir, el 7,5%, de los que el 0,5 serán avanzados. También critica que “la CE ha establecido para 2030 objetivos generales de renovables del 27%, pero no en el transporte, lo que va en detrimento especialmente de los biocarburantes avanzados”.