La jornada técnica Desarrollo rural, bioenergía y gestión forestal sostenible, celebrada ayer en Ansó, sirvió para presentar esta modélica iniciativa, cuyo efecto directo más notorio fue la puesta en marcha de un sistema de producción y distribución de calor a dos edificios municipales (el que forman el Ayuntamiento y la oficina de turismo y el de la biblioteca) a partir de dos calderas de biomasa de 150 kW cada una. Pero, como dice Antonio Serrano, delegado en Aragón de Dalkia, el socio tecnológico de este proyecto, “previamente se ha estudiado la integración de toda la cadena de valor de la biomasa para que el resultado no sean fuegos de artificio, sino una producción rentable y sostenible de energía”.
Tres parcelas pilotos para ensayar la viabilidad del proyecto
Para lograr este objetivo, uno de los primeros trabajos que se emprendieron fue el estudio de la viabilidad ambiental y económica de la biomasa forestal de los montes de la Mancomunidad Forestal Ansó-Fago, que abarcan más de 13.000 hectáreas de monte público incluidas en la Red Natura 2000. En el estudio han participado, entre otros, la Fundación Biodiversidad, la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Zaragoza, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y el Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (Circe).
Según informa la Fundación Biodiversidad, “fue necesario contrastar los primeros resultados teóricos con la realidad de la extracción de biomasa desde el monte, así como formar a los antiguos trabajadores forestales en la nueva actividad”. Tras los estudios de viabilidad, se adecuaron tres parcelas piloto en distintos tipos de montes y se puso en marcha un aula taller permanente de sensibilización ambiental, para brindar conocimientos sobre un modelo de autosuficiencia energética basada en una central de biomasa de 700 kW y una fábrica de pellets con capacidad para producir unas 5.000 toneladas al año y en la gestión forestal sostenible en espacios de la Red Natura 2000.
Electricidad, calor y pellets con biomasa forestal
Félix Ipas, alcalde de Ansó, también se refirió al camino recorrido hasta el momento: “llevamos seis años trabajando en este proyecto, que ya empieza a dar sus frutos”. Los habitantes tienen depositadas muchas esperanzas porque la iniciativa cuenta además con una importante variable social, ya que las plantas de biomasa y de pellets se construyen en la antigua serrería de Ansó, que funcionó hasta 2003 y que tras cerrar generó un gran impacto social, con pérdida de fuentes de empleo y abandono de la cultura forestal. Gran parte de esos puestos de trabajo se van a recuperar ahora, ya que las plantas generarán al menos 20 empleos directos.
La antigua serrería se convertirá así en un complejo que producirá tanto electricidad como la energía térmica necesaria para facilitar el funcionamiento de la planta peletizadora. Según estimaciones de Antonio Serrano, “la primera en empezar a funcionar será la de pellets, el primer trimestre de 2011, y la de biomasa, que utiliza además un tecnología de gasificación, lo hará a lo largo del mismo año”. Además de Dalkia, participan como socios de esta iniciativa, entre otros, la Mancomunidad Forestal de Ansó-Fago y el Gobierno de Aragón. La inversión total asciende a 5 millones de euros.