Sí, cada mes de enero, desde hace ya varios cursos, hacemos balance del año recién pasado y anunciamos previsiones de lo por venir, pero no solo, porque cada mes de enero, además de hacer repaso, abrimos nuestro anuario con un tema genérico. Lo hacemos de dos maneras: por una parte, trabajamos puertas adentro –en redacción– el tema elegido; por otra, invitamos a los grandes nombres propios del sector a que se pronuncien en ER sobre el particular y a que nos cuenten cómo ven el devenir de ese objeto que les proponemos, objeto de nuestro interés. Pues bien, aquel enero de 2011 el tema elegido fue el Empleo Verde y los firmantes que escribieron para ER fueron, nada más y nada menos, que la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar; el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez; el secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Cándido Méndez; su homólogo en Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo; el presidente de la Comisión de Energía de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi; y el presidente de honor de la fundación internacional del trabajo para el desarrollo sostenible Sustainlabour, Joaquín Nieto. Sí, un cartel de lujo –probablemente insuperable, en ese momento– y que recuperamos hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, porque hoy, el empleo verde –los durante tanto tiempo ridiculizados brotes verdes– vuelve a ser postulado como vía de salida de una crisis que nació "temporal" y empieza a ser "indefinida". Nosotros ya lo vislumbrábamos entonces. Ya intuíamos que el empleo verde podía ser la puerta de salida de esta crisis. Para acceder a todo el contenido de ese documento –ER 96–, que recuperamos hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, por su inrreprochable vigencia, solo tienes que clicar aquí. En todo caso, sirva el párrafo que sigue a continuación como botón de muestra. Así abríamos aquel anuario. Así... decíamos ayer.
Decíamos así
Uno. Dice Carbunión, la patronal del sector, que en España hay 10.000 empleos directos en el carbón. Y dicen los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que el Plan del Carbón contará este año con una dotación de 1.078 millones de euros (habrá que hacer la cuenta para saber cuánto cuesta cierto empleo mineral).
Dos. Dice la presidenta de la patronal nuclear, Teresa Domínguez, que, en el sector que representa, hay “ahora 30.000 personas directamente contratadas”. 30.000 empleos después de que, durante varias décadas, la gestión de los residuos radiactivos haya sido financiada con cargo a la tarifa eléctrica (lo fue hasta el uno de abril de 2005). O sea, que, durante muchos, muchos, muchos años, fueron los consumidores –vía tarifa– los que pagaron… lo que no está escrito.
Tres. Ni los PGE incluyen este año un plan de mil millones de euros para las energías limpias ni han transcurrido aún muchos, muchos, muchos años de tarifa para las renovables, que son casi recién nacidas. Sin embargo, la caverna mediática y algunos de los grandes chamanes del clan del kilovatio no hacen otra cosa que bramar a los cuatro vientos que las renovables son las culpables de… todo.
Cuatro. El empleo sucio es escaso y caro. El verde suma más (70.152 empleos directos, según CCOO, noviembre de 2010) y es, sencillamente, el que viene.
Cinco. La Comisión Europea está impulsando una iniciativa de creación de “nuevos empleos ecológicos” que se llama NER300. La CE subvencionará proyectos relacionados con las energías renovables y la captura de CO2 con 4.500 millones de euros, dinero que no saldrá de ningún PGE. Lo hará de la venta de los 300 millones de derechos de emisión de CO2 de la UE que tiene el Banco Europeo de Inversiones. O sea, que –esta vez sí– los que contaminan van a pagar.
Seis. Son las firmas, seis –gobierno,
patronal y sindicatos–, que nos cuentan, a continuación, cómo ven eso de… los empleos verdes.
Así decíamos ayer. ER 96.