En un ambiente pleno de emoción, el presidente de la COP21, Laurent Fabius, acaba de dar por aprobado un acuerdo histórico. Energías Renovables está retuiteando en tiempo real infinidad de sensaciones y comentarios que llegan de los presentes en el plenario de la COP21, lleno a rebosar.
El acuerdo firmado en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, la COP21 de París, es jurídicamente vinculante, se propone limitar el calentamiento del planeta en 2° C como mucho, pero sin renunciar a que no se superan los 1,5°. Los objetivos serán revisables cada cinco años.
Según Fabius, que lleva todo el día con el corazón en un puño, el acuerdo es “equilibrado, justo y legalmente vinculante”. Sin duda, Fabius y toda la diplomacia francesa se han apuntado un tanto muy importante, reconocen todas las partes.
Los países firmantes se comprometen a “contener” el aumento de la temperatura media por debajo de 2° C y a hacer todo lo posible para no superar los 1,5° C y reducir así los riesgos derivados del calentamiento global.Para Fabius, se trata de un “objetivo ambicioso pero necesario” que será revisable cada cinco años para adaptarse a las contribuciones nacionales e intentar que sean mayores.
Financiación
Para evitar que los países más vulnerables se lleven la peor parte, el acuerdo prevé una contribución mundial de 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020. En espera de que en 2025 se fijen nuevos objetivos.
Fabius ha agradecido repetidamente los esfuerzos de los países, de los negociadores, y de sus delegaciones. Durante las dos semanas que ha durado esta COP21 de París y durante los meses que se lleva preparando. Aunque el presidente de la Cumbre del Clima de París es consciente de que este acuerdo no es perfecto. “Se trata de demostrar al mundo que nuestro esfuerzo colectivo suma más que la suma de voluntades particulares. Ha llegado el momento de centrarse, no en las líneas rojas, sino en las líneas verdes”.
A su juicio, el acuerdo permitirá a los estados insulares defenderse del cambio climático que ya les está afectando; que los países africanos puedan avanzar en su desarrollo tecnológico; que Latinoamérica pueda proteger sus bosques e incluso que los países productores de combustibles fósiles, a los que el acuerdo les acompañará en la diversificación de su economía. Lo logrado en París servirá a “grandes causas” como "la salud pública, los derechos esenciales, la lucha contra la pobreza y, en definitiva, la paz".
También ha dicho que no podemos “dejar pasar la oportunidad histórica” porque nadie quiere que se repita lo sucedido en la Cumbre de Copenhague de 2009, cuando el acuerdo no fue posible. “En ese momento algunos creían que sería difícil superar ese fracaso. Hoy no vamos a fracasar. La confianza, la propia capacidad de las naciones para conseguir resultados para el clima podrían ir más allá. Es la credibilidad del multilateralismo para actuar ante los retos globales lo que está en juego".
Antes de la votación definitiva Fabius hizo un llamamiento a las partes a aceptar el acuerdo manteniendo el espíritu del mandato de los 150 jefes de Estado durante la inauguración de la COP el pasado 30 de noviembre y concluyó recordando al "héroe" Nelson Mandela quien dijo "parece imposible hasta que al final se hace".
Los ecologistas, entre la decepción y la esperanza
Para Ecologistas en Acción el acuerdo alcanzado hoy en la cumbre del clima de París es decepcionante e insuficiente al carecer de “herramientas necesarias” para luchar con eficacia contra el calentamiento global y al “desoír las luchas ciudadanas” que ya están haciendo frente al cambio climático. “Se ha perdido una oportunidad de reforzar e internacionalizar un cambio de modelo basado en las renovables, que mantenga bajo tierra el 80% de los recursos fósiles, frene la industria extractivista y se ajuste a los límites planetarios. Se ha optado en cambio por consagrar la mercantilización del clima y las falsas soluciones”.
“La justicia climática, la descarbonización, la financiación adecuada, los derechos humanos, la perspectiva de género, los refugiados climáticos… son muchos los puntos fundamentales que han quedado fuera del texto final”. Además, para Ecologistas en Acción, se ha optado por la fórmula con “menor fuerza legal (acuerdo) para un texto peligrosamente vago y abierto”, en el que los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero “no son vinculantes”.
Amigos de la Tierra cree que el acuerdo de París es “una farsa”. El acuerdo no contempla “medidas eficaces y precisas para luchar contra el calentamiento. Sin embargo, este acuerdo no definirá el futuro de la humanidad y el planeta, será la gente quien escriba historia, tal y como hace ahora en las calles de París”.
Amigos de la Tierra critica que “los intereses de los combustibles fósiles escudados en países como Arabia Saudí, Polonia o Argentina, han desvirtuado completamente el objetivo general del acuerdo”. A pesar de la falta de compromisos, “los negociadores insisten en reiterarse con buenas palabras vacías de contenido, nombrando su supuesto compromiso con la justicia climática que, sin embargo, no se ve reflejado en el acuerdo”.
Uno de los puntos cruciales como la mitigación se presenta incluso “peor que en el anterior borrador del acuerdo, publicado el jueves a última hora”. Este artículo 4 es ahora una “carta blanca al incremento de las emisiones”. Carece de objetivos concretos y da pie a que los países puedan seguir emitiendo “hasta la segunda mitad de siglo sin establecer un horizonte temporal para anular las emisiones, ni la cantidad indispensable de las mismas a mitigar”.
Greenpeace considera que el borrador del Acuerdo de París presentado hoy deja a los combustibles fósiles en vías de eliminación, pero no concreta los compromisos necesarios para alcanzar el objetivo.“La rueda de la acción por el clima gira lentamente, pero en París ha dado una vuelta más. Este acuerdo pone a la industria de los combustibles fósiles en el lado negativo de la historia”, ha declarado desde París el director de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo.
Greenpeace considera que hay mucho en el texto que se ha diluido y contaminado por aquellos que abusan del planeta. Pero valora positivamente que el acuerdo contiene el nuevo imperativo de limitar el incremento de la temperatura a 1,5 ºC. “Ese número en sí mismo, y la nueva meta de cero emisiones netas en la segunda mitad de este siglo, causará consternación en los consejos de administración de las empresas de carbón y en los palacios de los estados exportadores de petróleo”, añade Naidoo.
La organización ecologista considera que ahora el reto de este siglo es cómo lograr ese objetivo ya que las medidas contempladas no llevan hasta allí. Greenpeace considera que los objetivos de emisiones propuestos simplemente no son lo suficientemente ambiciosos para lograr ese objetivo, y que este acuerdo no hace lo necesario para cambiar eso. La meta de emisiones netas cero de gases de efecto invernadero para la segunda mitad del siglo significa, de forma efectiva, que debemos abandonar los combustibles fósiles –lo más fácil de reducir– en 2050.
WWF cree que el acuerdo de París “abre el camino para combatir el cambio climático pero se requieren más medidas urgentes. El acuerdo global sienta las bases de los esfuerzos a largo plazo para luchar contra el cambio climático. Sin embargo, se necesita aún mucho más para asegurar un camino hacia un futuro de 1,5° C”.
Para WWF, este nuevo acuerdo debe ser continuamente fortalecido y los gobiernos necesitan regresar a sus países para actuar en todos los niveles, con el fin de cerrar la brecha de emisiones, proveer los recursos necesarios para la transición energética, y proteger a los más vulnerables. “Las negociaciones de París también fueron el escenario de anuncios y compromisos por parte de los gobiernos, ciudades y empresas, que indican que el mundo está listo para una transición energética limpia”.
Asimismo, la financiación para la adaptación, pérdidas y daños, y aumento de reducción de emisiones debería ser el primer mandato después del trabajo de París. Mientras que el acuerdo de París entrará en vigor en 2020, la ciencia nos dice que para alcanzar la meta global que limite el calentamiento a 1,5° C o que no exceda los 2°C, las emisiones deben alcanzar su límite máximo antes de 2020 y después reducirse de manera drástica. Los actuales compromisos solo nos brindarán la mitad de lo que se necesita, dejando una brecha de 12–16 gigatoneladas de emisiones.
Tasneem Essop, jefa de la Delegación de WWF para las Negociaciones Climáticas de las Naciones Unidas piensa que “el acuerdo de París es un hito para el mundo. Hemos logrado un avance aquí, pero aún falta mucho por delante. De regreso a nuestros países, tenemos que fortalecer las acciones nacionales. Tenemos que asegurar una acción más rápida de los nuevos esfuerzos de cooperación de los gobiernos, las ciudades, las empresas y los ciudadanos, para reducir las emisiones con mayor profundidad, brindar los recursos para la transición energética en las economías en vías de desarrollo, y proteger a los pobres y más vulnerables. Los países deben comprometerse el próximo año con el objetivo de implementar y fortalecer rápidamente los compromisos hechos aquí”.
Aquí puedes ver el acuerdo de París en español.