La Ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética –de 27 de diciembre de 2012–y el Real Decreto Ley de medidas urgentes en el sistema eléctrico –de 1 de febrero de 2013– supusieron un recorte de ingresos para las centrales solares termoeléctricas del 37%. El Gobierno había establecido un marco regulatorio determinado. Había fijado una retribución para el kilovatio hora generado en una central termosolar y, cuando los promotores acabaron de construir todas las centrales, el Gobierno dijo que eso era mucho dinero y que el kilovatio hora termosolar merecía un 37% menos. Protermosolar denunció aquellos cambios normativos, que consideraba de carácter retroactivo, y los inversores que habían promovido la construcción de esas instalaciones acudieron a los arbitrajes internacionales. Todo esto nos lo contó Luis Crespo hace ya tres años... Tres años después, ¿cómo está el asunto? ¿Cómo están esos arbitrajes?
Todavía no se ha resuelto ninguno. Esperamos la primera sentencia a principios del año que viene. Hay bastantes expectativas. Creo que todos están esperando que los árbitros reconozcan que ha habido una vulneración de la seguridad jurídica y de sus expectativas legítimas.
Hace tres años, en aquella entrevista, Crespo me dijo literalmente que, por culpa de ese recorte brutal, “las empresas están empezando a limitar sus perspectivas internacionales porque sencillamente no disponen de recursos para concursar”. ¿Cómo está ahora el asunto?
Pues, efectivamente, eso es algo que yo vaticiné en su día y que se ha confirmado. Esa es, lamentablemente, una de las consecuencias más dramáticas de los recortes. Las empresas han superado la situación refinanciando la deuda con los bancos. Todas han tenido que hacerlo, porque, con las nuevas condiciones de pago, no cubrían los mínimos que exige un project finance de generación de caja. Eso creo que se ha solucionado en todas. No hay en principio ninguna que esté sometida a tensiones de ese tipo.
Lo cual es una buena noticia, supongo.
Sí, las empresas han conseguido negociar el pago de su deuda a más largo plazo. El sector ha revertido pues el golpe. Pero lo que sí ha sido irreversible, me parece a mí… O por lo menos ha causado mucho daño… Vamos a ver: el problema ha sido que las empresas españolas, que tenían una cierta disponibilidad para concursar en Marruecos, en Suráfrica, en Chile, en Emiratos… pues, al ver estrangulada la generación de caja, evidentemente se han resentido. Porque concursar cuesta muchísimo dinero.
¿Eso quiere decir que nos están comiendo el mercado otros actores que no han sufrido puertas adentro ese estrangulamiento? ¿Le están ganando la partida a las empresas españolas –antaño imbatibles– otras empresas de otros países?
Ahora mismo hay promotores extranjeros que se están metiendo: americanos, como Bright Source, o Solar Reserve; la francesa Engie, que está tomando posiciones en Suráfrica… La empresa energética saudí, ACWA, que es el más importante promotor del mundo, que está ganando concursos en todas partes, ha ganado el último en Marruecos. Y ahora nuestro papel queda básicamente relegado a ser epecistas [EPC: engineering, procurement and construction; llave en mano]. En el llave en mano todavía tenemos el grado mundial. Y, en general, en casi todas las plantas que se concursan, sea quien sea el que la gane, hay un español: Sener, TSK, Acciona, Cobra, del Grupo ACS… Tenemos una excepción honrosa, que es TSK, que sigue haciendo promoción directa y ha ganado recientemente un concurso en Kuwait, pero la verdad es que antes teníamos media docena de promotores muy activos en el exterior y ahora prácticamente solo queda esta firma, que hace promoción directa, siendo propietario de la planta en el exterior.
El Ejecutivo Rajoy ha justificado todas sus andanadas contra las renovables –cuatro años de leyes y decretos que no han sido sino una sucesión de recortes para los ingresos de esas instalaciones– so pretexto de que había que combatir el déficit de tarifa. Una de las medidas estrella de la Administración Rajoy ha sido el establecimiento de una “rentabilidad razonable”(en torno al 7%) que, grosso modo, ha venido para sustituir a la prima de las renovables, que, según el Ejecutivo, elevaba demasiado la rentabilidad y producía déficit. ¿Es así?
Un hecho objetivo es que efectivamente el Gobierno tenía que abordar el asunto del déficit tarifario, que arranca por cierto en el año 2008, cuando las renovables todavía no habían emergido: entonces ya había una deuda pendiente con el sistema eléctrico de 18.000 millones de euros. Una deuda que ciertamente luego creció hasta los 24.000, pero también es verdad que las renovables, como contrapartida, abarataron mucho el precio del pool [mercado mayorista de la electricidad]. Pero, bueno, el hecho objetivo es que el gobierno se encuentra ante una tesitura problemática, y tiene ante sí dos alternativas: cargar sobre las renovables, o cargar sobre las eléctricas convencionales, o sea, en la distribución [las grandes eléctricas, aparte de generar electricidad, la distribuyen] y en ciertas tecnologías, como la nuclear, o la hidráulica [explotadas, fundamental o exclusivamente, por las grandes eléctricas].
Y el Gobierno optó…
Sí, claramente. Los números cantan. El Gobierno optó por sacrificar un sector que era muy brillante, el de las renovables. Sacrificó un sector brillante sin atender a su desarrollo potencial, sin atender a lo que el sector podría representar en España y en el extranjero a largo plazo.
¿Cuál era la alternativa?
Pudo haber un reparto de cargas entre renovables y convencionales.
¿Por ejemplo?
Que a la nuclear se la hubiera obligado a trabajar a rentabilidad razonable y no al nivel al que están trabajando ahora, que es al precio que marca el ciclo combinado, que es la tecnología que marca el casamiento final de la oferta y la demanda en España. Sí, que le hubiera colocado una rentabilidad razonable a la nuclear, y también a la hidráulica. En este segundo caso también estamos hablando de instalaciones completamente amortizadas, cuyo coste de generación es muy pequeño, y que, sin embargo, están obteniendo unos beneficios importantísimos.
Beneficios que entrañan déficit, supongo. ¿Se equivocó entonces el Gobierno al recortarle los ingresos a las tecnologías más jóvenes, las menos amortizadas? ¿Se equivocó o fue mala fe?
Yo no sé si sabía las consecuencias que esa política podía tener o no. Lo que sí sé es lo que ha supuesto para España, que se ha convertido en ejemplo mundial de inseguridad jurídica para la inversión extranjera, lo cual tiene mucho coste en prima de riesgo país y en atracción o no de nuevos inversores. Los países que invierten en termosolar son países de primera línea, como Japón, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Emiratos. La verdad es que esas medidas han hecho muchísimo daño al sector, y las consecuencias han sido que le han dejado sin esa capacidad expansiva en el exterior.
Insisto: ¿por qué el gobierno no ha establecido una rentabilidad razonable para la energía nuclear? ¿Ignorancia o mala fe?
Yo creo que no son ignorantes. Todo el sector sabía, y los analistas energéticos también, que una posibilidad de aliviar el coste del sector eléctrico podía ser retribuir a la nuclear y a la hidráulica a una rentabilidad razonable. Hacemos una auditoría de costes y que se le retribuya al 7%, como se ha hecho con las renovables. Eso hubiera sido lo justo. De hecho, en algún momento, el ministro Soria llegó a hablar de una auditoría de costes, pero aquello se quedó en palabras. Yo creo que no ha sido ignorancia. Se sabía perfectamente de dónde se podía rascar, pero tomaron una decisión que supongo… que estaría motivada… por otro tipo… digamos… de factores. Desde luego este gobierno le ha hecho mucho daño a las renovables.
¿Necesita un precio político la electricidad?
Lo suyo es que la factura de la luz atienda exactamente a lo que cuesta la luz, pero ningún gobierno, desde principios de 2000, se ha atrevido a subir el precio de la electricidad cuando subían los costes de los combustibles, o cuando había que incrementar las redes, o hacer algún tipo de actuación. Yo creo que había un tabú, un miedo enorme, a que, en el recibo de la luz, estuviera reflejado realmente el coste. Entonces… la verdad es que… precio político… Yo creo que el Estado evidentemente tiene la obligación –sobre todo un ministerio que se dice a la vez de industria y de energía– de planificar con la cabeza aquellas energías que van a ser de futuro, aquellas que no están sujetas a incertidumbres respecto de cuánto va a costar mañana la tasa de carbono, por ejemplo. El Estado tiene la obligación de planificar conscientemente. Debe ser consciente de que tenemos obligaciones internacionales. Y tiene la obligación de planificar no las energías más baratas, sino las que aporten más valor al sistema.
¿Más valor al sistema?
Hay energías gestionables, como es la termosolar, que efectivamente cuestan un poco más, pero que la política energética tiene que primar de alguna forma. Y debe primarlas por visión de futuro. Hay países que siguen apostando por subastas indiscriminadas, donde lo que se busca es el kilovatio más barato… Y lo que yo digo es que, si necesito incremento de potencia, al final voy a tener que invertir en un ciclo combinado complementario, porque, a las diez de la noche, no brilla el sol –por muy barato que haya sido en la subasta el kilovatio fotovoltaico– y, además, a las diez de la noche, puede no soplar el viento. Por eso, en ese sentido, no hay que pensar tanto en el criterio de “precio de generación” como en el de “valor que aporta al sistema”.
Pero, exactamente, ¿a qué nos estamos refiriendo?
Si yo necesito potencia de generación y pongo fotovoltaica, ¿qué valor operativo tiene esa fotovoltaica? Bueno, pues la FV servirá –y nos evitaremos quemar gas para generar electricidad– solo durante las horas en que luce el sol, mientras que la termosolar sustituiría a ese gas también en el pico de la tarde–noche, que es además bastante más caro. A eso me refiero, a que la termosolar tiene ahí un valor operativo mayor. La FV necesita mucha reserva rodante. El hecho de que pasen nubes por una zona con gran concentración de FV hace que el sistema eléctrico deba tener en esa zona una cierta reserva rodante, reserva que le está costando un dinero al sistema. Bueno, pues a la termosolar eso no le pasa. A eso me refiero cuando hablo de valores que aporta al sistema, o el componente operativo del valor. Pero hay otro componente que es el más importante, quizá, y es el componente de capacidad.
Componente de capacidad…
Sí, pongamos que necesito cien megavatios. ¿Qué ocurre si instalamos FV? Pues que sé seguro que voy a tener que invertir en otra unidad complementaria, porque a las diez de la noche esos cien megavatios que necesito evidentemente no los voy a tener. O sea, que, además de haber invertido en los cien megavatios FV tendré que invertir en otra tecnología. Todos los operadores de sistema de todos los países del mundo saben que la termosolar aporta, a nivel de factor de capacidad, mucho más que la FV. En California hicieron un estudio, hace aproximadamente un año y medio, en el que demuestran que, con un 33% de penetración de renovables, al pagador del sistema –el consumidor– le va a dar lo mismo pagar cinco a la fotovoltaica que diez a la termosolar, porque si pagas cinco vas a tener que pagar por otro lado determinadas cosas, mientras que si pagas termosolar no vas a tener que hacerlo. Eso es lo que deberían entender todos los planificadores energéticos del mundo. Marruecos, donde está creciendo la demanda, lo tiene muy claro, está apostando mucho por la termosolar porque sabe que le aporta ese tipo de valor, de capacidad de almacenamiento, capacidad que le va a permitir no tener que invertir en ciclos combinados complementarios.
Eso, en Marruecos. Y, aquí, en España, ¿qué le pediría el presidente de Protermosolar al nuevo gobierno?
Que mire a largo plazo, que entienda todos los componentes que tienen las tecnologías de generación, que entienda que ya nunca más –y cuando digo nunca más es nunca más–… nunca más se va a invertir en una central de carbón en España. Absolutamente nadie va a invertir ahí. ¿Quién va a invertir en una central de ciclo combinado aquí? Absolutamente nadie. Porque no hay ningún banco que sea capaz de asumir el riesgo que significa no saber cuánto va a costar la tasa de carbono tras la COP… pero no estoy hablando de la COP 22, que ya está previsto se celebre en Marrakech, sino de la COP 25, donde quiera que al final se celebre… La tasa de carbono va a ser algo que realmente no se va a poder evaluar en un plan de negocios. Pero es que además… a lo mejor… hay restricciones a la operación con el asunto de la mitigación del cambio climático… O sea, que ya no estamos hablando simplemente de tasas de carbono elevadísimas. Estamos hablando además de restricciones de operación. A las energías convencionales se les ha pasado el arroz completamente en España, y en todos los países industrializados del mundo.
¿Y a la nuclear?
A la nuclear también. Mira el ejemplo de Finlandia. La construcción de la central de Olkiluoto debía concluir en 2009, y Areva ya ha dicho que hasta 2018 no va a poder ponerse en marcha. En realidad, hoy en día nadie sabe cuánto va a costar una central nuclear, ni cuánto tiempo va a durar su construcción, y ni siquiera si acabará operando o no… si entretanto sucede un Fukushima. En el mundo, y más pronto que tarde, y sobre todo en lo que se refiere a nueva capacidad, el cien por cien va a ser renovable. Así que yo le pido al nuevo gobierno, y vuelvo a la pregunta anterior, que entienda este hecho. Que entienda que el futuro de la electricidad es exclusivamente –y exclusivamente significa exclusivamente– renovable. Que lo entienda y que actúe en consecuencia. Que entienda que en el mundo entero la nueva generación eléctrica, más pronto que tarde, será al 95% renovable y que entienda que España puede jugar un papel muy importante en la electrificación del mundo entero. Que entienda que hay que empezar a sustituir en España esas centrales de carbón que contaminan tanto. Insisto: el futuro eléctrico es exclusivamente renovable a nivel mundial. Por todo ello, yo le pediría al futuro gobierno que permita que nuestra industria se desarrolle y que España sea un ejemplo de sustitución de lo viejo y contaminante por lo nuevo, generador de empleo y respetuoso con el medio ambiente.
Pero, en España, la termosolar, ¿puede ocupar a corto o medio plazo el lugar que ocupan ahora la nuclear, el gas y el carbón? Es decir, ¿puede ser el respaldo que necesita el sistema?
Sin duda. La termosolar, más la hidráulica, más la biomasa: tres energías que son perfectamente despachables y que pueden sustituir el papel de carga base que están dando ahora el carbón y sobre todo la nuclear. Sin duda ninguna. Eso es una realidad ya. Simplemente hay que tener voluntad política para llevarlo a cabo.
Entiendo que técnicamente es posible, pues. Pero, ¿cuál es el coste de generación de un megavatio hora eléctrico de origen termosolar?
Ahora mismo, las últimas subastas que se han hecho de termosolar en Marruecos, por ejemplo, han salido a trece céntimos de euro por kilovatio hora (13 c€/kWh). En España sería un poquito más, porque en España tenemos menos sol que en Marruecos. En España podría estar en 15, 16 c€/kWh. Pero hay un montón de posibilidades de reducción de costes. Hay mucha ingeniería nueva pendiente. Cuando se hacen más plantas, cuando se estandariza, bajan los costes. Además, hay muchos costes financieros que están asociados al riesgo que se percibe en ese tipo de tecnología, costes que bajarán conforme vayamos haciendo plantas… Lo que quiero decir es que hay cosas que no dependen realmente de que hagamos los espejos más baratos, que también, desde luego. También bajaremos costes haciendo los espejos más baratos, incrementando la eficiencia de los ciclos de conversión de potencia, y con nuevos materiales, y sobre todo con plantas más grandes (en España tenemos plantas de cincuenta megavatios, cuando para la termosolar el mínimo poder tener costes competitivos es de cien megavatios para arriba).
O sea, que a la termosolar le va a pasar lo mismo que a la fotovoltaica, que ha bajado sus costes alrededor de un 80% en los últimos cinco o seis años.
Bueno, no olvidemos que en el mundo hay 400 gigavatios de eólica, 250 de fotovoltaica... y solo cinco de termosolar [5]. Lo que quiero decir con ese dato es que cualquiera puede llegar a la conclusión de que, añadiendo unos cuantos gigavatios más, el precio se reduciría bastante. Otro dato: cuando en el mundo solo había cinco gigavatios de eólica o FV… ni la eólica ni la fotovoltaica tenían los precios que tiene la termosolar ahora. Ese promotor al que aludía hace un momento, el que está ganando los concursos en Marruecos, me decía hace poco que solo necesita seis proyectos más para bajar el coste de la electricidad a menos de dos dígitos. A menos de 10 c€/kWh. Eso, en Marruecos. Pero es que en España serían 12 c€/kWh. Más pronto que tarde los planificadores se darán cuenta de que hay que planificar con el concepto de valor y no con la métrica del coste de generación, porque se darán cuenta de que esa es una métrica cortoplacista y que lleva a ineficiencias del sistema muy grandes, a muchos recortes de producción porque se produce toda la electricidad a la vez y no hay tanta demanda.
Pues media docena de proyectos no es nada, ¿no?
Así es. La verdad es que en Estela, hemos dicho siempre que nosotros bajaríamos de dos dígitos cuando la potencia instalada a nivel mundial estuviera en el orden de los 30 gigavatios, o sea, que harían falta más de seis proyectos [actualmente hay unos 5 gigavatios termosolares instalados]. Pero lo cierto es que este promotor se ha manifestado en ese sentido, públicamente, ante auditorios bastante cualificados. En todo caso, yo creo que la termosolar no tiene que competir con los 5 c€/kWh que cuesta la fotovoltaica. Yo insisto en que lo que hay que tener en cuenta es el valor de la planta nueva para el sistema. Con 10 c€/kWh seríamos más que competitivos. Y con la penetración de renovables que se espera yo diría que con 12 c€/kWh en un futuro nicho energético que fuera básicamente de renovables, con 12 seríamos completamente competitivos con la fotovoltaica a cinco o a cuatro, ó a tres céntimos de euro por kilovatio hora, incluso. [3 c€/kWh].
¿Necesita la termosolar española una prima para volver a crecer aquí?
Todavía sí. Porque si se paga a precio de mercado, el mercado está a 5 c€/kWh, el pool. El mercado lamentablemente no reconoce ese valor añadido que estamos dando. Lo que se paga no está reconociendo el valor que tiene el hecho de que, cuando metes una termosolar, estás evitando tener que hacer una inversión en otras plantas de respaldo.
¿Tiene Protermosolar cuantificada esa prima?
Bueno, la verdad es que, ahora mismo, en España, con las pocas centrales que se han hecho… habría que hablar no de una prima, sino de un coste total del kilovatio hora en torno a 15 céntimos de euro con obligación de despacho a las horas en las que más caro es el pool, con concentración de la producción por ejemplo entre las siete de la tarde y las doce de la noche. Con eso probablemente sería suficiente. Nuestra ventaja es que podemos despachar cuando mejor le interese al sistema. Ahora mismo, el mercado no nos da ese tipo de señales de precio, pero si el mercado diera señales de precio, o si el mercado dijera a la termosolar le vamos a pagar –como pasa en Suráfrica– mucho más cuando esté despachando de tal a tal hora… pues, con esas reglas de juego, podríamos evidentemente llegar a primas o a precios medios de la generación en torno, ahora mismo, en España, a los 15 c€/kWh, o a catorce, me atrevería a decir, dentro de muy poco tiempo.
¿Un último apunte?
Lo importante es que quede reflejado el concepto de valor en vez de precio. Nosotros no vamos a competir al mismo precio que la fotovoltaica, porque nuestro componente de valor de la energía es muchísimo más alto, y eso el sistema tiene que valorarlo. Yo le pediría al gobierno que planifique a futuro en términos de valor y no de coste. Lo que pedimos es que el Gobierno no se deje guiar simplemente por el coste exclusivo de generación, que se deje guiar por el valor… Y que nos dé cancha para seguir desarrollando la termosolar en España y que siga siendo referencia –referencia avanzada– en España y en otras partes del mundo, porque la termosolar se va a demandar de una forma bastante importante en los próximos años.