La tecnología fotovoltaica dejó de ser en 2013 una apuesta propiamente europea para convertirse en una alternativa competitiva en las principales potencias económicas. La región Asia-Pacífico, con China (11.300 nuevos MW) y Japón (6.900 nuevos MW) a la cabeza, lidera el ranking de nueva potencia fotovoltaica instalada durante el pasado año. Añadió 21.000 MW frente a los 10.330 MW instalados en Europa, según un estudio realizado por EPIA con la colaboración, a nivel nacional, de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
Estados Unidos fue el tercer país que más potencia añadió en 2013: 4.200 nuevos MW, situándose en tercera posición mundial, tras Europa, donde, salvo España, las principales economías siguen apostando por la electricidad solar. Alemania se instalaron 3.300 nuevos MW fotovoltaicos, casi el total de la potencia que acumula en España. Italia, con 1.400 MW añadidos, o Gran Bretaña con más de 1.000 MW, siguen al país germano.
España, lejos de sus objetivos en renovables
La Comisión Europea emitió un comunicado el pasado 10 de marzo sobre la situación de los países miembros en cuanto a los objetivos de renovables de la Unión para 2020 que constata España está aún lejos de alcanzar el compromiso adquirido.
Los datos agregados de todos los países miembros de 2012 reflejan que la participación de las energías renovables en el consumo de energía primaria en la UE alcanzó el 14%. La Comisión Europea destaca que países como Bulgaria, Estonia o Suecia han alcanzado ya sus objetivos para 2020.
“Con el abandono del apoyo del gobierno español a la energía fotovoltaica, se está perdiendo la oportunidad de aprovechar el potencial de unas empresas desarrolladas en España cuya competitividad y know how están reconocidos internacionalmente y que se encuentran en una situación límite, viéndose muchas de ellas abocadas al cierre con la consecuente pérdida de empleo y riqueza que podrían generar para el país”, indica UNEF.
El pasado día 20, la Comisión Europea anunció su decisión de mantener abierta la petición ciudadana contra la reducción retrospectiva de la retribución a las energías renovables en España y vigilar el desarrollo de la Reforma Eléctrica, consciente del impacto que puede tener en las legítimas expectativas de los inversores en renovables y del futuro del autoconsumo en España.