La Comisión tiene razón defendiendo criterios marginalistas para fijar precios eléctricos. Es un premio al riesgo inversor y a la I+D en generación en pro de la descarbonización. Pero al aplicarlo a toda la electricidad ofertada produce alarma social, por crear fluctuaciones de precios de gran entidad. Además, es un premio a tecnologías maduras o que se quieren expulsar. Muchas voces han clamado pidiendo la reforma del modelo. Pero analicemos la situación.
Antecedentes
Hace veinte años las energías fósiles eran dominantes, sus cadenas de suministro estaban engrasadas y diversificadas. Además, existía un perfecto control operativo sobre estas energías flexibles y despachables. Esto posibilitó la implantación del mercado eléctrico marginalista de fijación de precios, abaratando el precio de la electricidad.
El menor riesgo de inversión del nuevo ciclo combinado a gas atrajo a nuevos entrantes. Estos orientaron la cultura del sector al mercado, relajando la seguridad.
Situación actual
Como resultado de lo anterior y de la decisión de descarbonización, el sistema eléctrico ha quedado pivotando sobre el inestable gas. Su fuerte subida de precio está provocando una seria crisis eléctrica, poniendo en duda la idoneidad del criterio de precios marginalista.
Análisis del sistema a configurar*
Electricidad en el pool
Clasificada según: utilidad y características de su materia prima.
• Bruta: se rige por las leyes de la Naturaleza
– Producida por fuentes renovables fluyentes
– Sus materias primas son bienes públicos sin coste: sol, agua de lluvia o viento
• Flexible: suministrada a demanda
– Producida por energías almacenadas, de forma Mecánica (hidráulica de embalse y bombeo), Térmica (solar térmica de sales fundidas) o Química (baterías o combustibles).
– Sus materias primas son elaboradas o antropizadas: valoradas en el mercado, todas menos la energía del agua de embalse.
Instalaciones
• Con tecnología madura: Competitivas frente a las tecnologías emisoras de CO2.
• Con tecnología en desarrollo: Necesitan I+D y/o mejora en los procesos de fabricación
*La nuclear será tratada en otro post
El pool
Es la gran lonja de la electricidad. Con él se consigue un producto adaptado a la demanda del consumidor a partir de ofertas de electricidad bruta (barata) y flexible(cara). Esto supone añadir valor al conjunto. Este se irá incrementando al aumentar la cuota renovable.
El criterio marginalista de fijación de precios
Da el precio más alto de las ofertas a todos los postores. Esto supone otorgar el valor obtenido en el pool a la generación.
Modelo Inicial Híbrido propuesto
Se establecen dos competiciones, de:
1. Instalaciones de electricidad bruta. Con subastas previas referidas al coste del MWh
2. Electricidad al pool. Donde ofertarían:
I. Las instalaciones anteriores al inicio de la descarbonización, con un algoritmo pactado; excepto el bombeo que lo haría como III
II. Las instalaciones sometidas a subasta: al precio de adjudicación
III. La electricidad flexible descarbonizada: a su mejor opción.
IV. Las instalaciones híbridas: como II si la electricidad procede directamente de renovables; como III, si lo hace desde almacenamientos.
– La asignación a todas las ofertas del mayor precio ofertado, solo se aplicaría en las del grupo III y en su caso del IV.
– El precio de subasta sería la media ponderada del pool.
Así, acotando la competición marginalista, se mitigan sobresaltos en el camino hacia la descarbonización.
La apuesta tecnológica principal trata de disponer antes de 2030 tecnologías flexibles capaces de desplazar a las que emiten CO2. Claro que, en paralelo, también hay que abaratar la materia prima de las que estas se abastecerán.
Pero eso será tratado en otro post.
Ahora lo urgente es: solucionar el enredo puesto de manifiesto por la subida del gas y hacer que las renovables rellenen espacios que todavía ocupa este combustible en la generación.
(Continuará)