En los últimos tiempos se ha avanzado mucho en cuanto a conocimiento ciudadano de la realidad del sector eléctrico. Hoy se cuestionan los costes reconocidos del sistema y se pide una auditoría para que podamos saber si estamos pagando lo que corresponde y a quien corresponde o se trata de un monumental engaño, como tantos últimamente. Por eso el oligopolio eléctrico, aunque cuenta con el apoyo incondicional de los sucesivos ministros de Industria y de los medios de comunicación masiva, –¿habrá que incluirlos como costes reconocidos del sistema?–, mas temprano que tarde se verá obligado a cambiar el actual sistema centralizado y fósil por otro distribuido con autoconsumo y renovables.
Pero no olvidemos que las de UNESA trabajan simultaneamente en todos los frentes –medios economicos no les faltan, lo pagamos entre todos–, así que hay que estar atentos para adelantarse en lo posible a los planes que están diseñando para conjurar el peligro que representa para ellos la autonomía que permite el autoconsumo y la consiguiente pérdida de control sobre los explotados consumidores domésticos y pequeños. (como hace la Renta Básica de Ciudadanía)
Como se ha podido comprobar, la principal herramienta del oligopolio es el manejo de la normativa que ellos diseñan y otros decretan. Así, sin argumento razonable alguno, a golpe de rodillo y frente a la tendencia mundial, la legislación en este país ha conseguido hundir al sertor mas floreciente y necesario desde cualquier punto de vista: el renovable.
Pues bien, mientras nos mantienen entretenidos desentrañando el misterio del déficit de tarifa y desgañitándonos para defender sin éxito a las renovables, están diseñando el discurso y la normativa que permita el control del nuevo paradigma que será sin duda el de las llamadas "redes inteligentes".
El discurso, que se repite una y otra vez, para que la gente se vaya empapando con las supuestas ventajas de los contadores y redes inteligentes, y la legislación para ir tejiendo la telaraña que nos mantenga atrapados.
Necesitan tenernos atrapados por la legislación, porque las ventajas de las redes inteligentes se convierten en desventajas si el que las gestiona lo hace pensando únicamente en el lucro de algunos a costa de la esclavitud de la gran mayoría. Y, aunque insistan con el discurso machacón, tarde o temprano los ciudadanos nos damos cuenta
Así que es imprescindible que estemos atentos y nos organicemos exigiendo participar en el diseño del nuevo modelo, porque de momento parece que las cosas no van por la participación ciudadana. Basta ver el grupo de trabajo sobre Smart Grids de la CNE que tiene como objetivo "la elaboración de propuestas normativas para facilitar la integración de los recursos distribuidos en la red de distribución, fundamentalmente el vehículo eléctrico y la generación de pequeña potencia..." que está integrado por las empresas de UNESA (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.ON y HC Energía), el Operador del Sistema, las tecnológicas Indra y Tecnalia... y nadie mas.
Seguramente han pensado que no estamos capacitados o no tenemos nada que decir como productores o consumidores y mucho menos como ciudadanos que, por lo que parece, debemos limitarnos a pagar la factura de las decisiones que tomen "los expertos", sean acertadas o no.
Y creo yo que deberíamos empezar a proponer cosas.