Según informa el portal Asia Nikkei, el objetivo de las dos empresas es establecer una tecnología que permita que las baterías de almacenamiento funcionen de forma más eficiente mediante la combinación de diferentes tipos de baterías. En concreto, el sistema estará compuesto por una batería de iones de litio y otra de níquel-metal.
Toyota y Jera se proponen desarrollar la batería de almacenamiento para finales de este mismo año fiscal. Después, en el año fiscal 2022, las empresas pretenden conectar el almacenamiento a la red eléctrica para poder llevar a cabo una verificación técnica para su uso práctico. Se espera que el sistema se utilice principalmente para almacenar la electricidad generada por las centrales eléctricas que utilizan energía solar, eólica y otras fuentes renovables.
El proyecto llega cuando se espera que el número de baterías usadas de vehículos eléctricos e híbridos se dispare en los próximos años en Japón. Según las asociaciones de la industria automovilística del país, en 2020 ya había 117.000 vehículos eléctricos en el país. En el caso de los híbridos, la cifra es de 9,28 millones, unas 80 veces superior a la de los VE.
Por todo ello, se estima que a partir de 2025 se acumule una gran cantidad de baterías usadas en los vehículos. Si el coste de fabricación de las baterías se reduce haciendo uso de estas baterías usadas, también ayudará a expandir el mercado de las energías renovables en Japón. Además, la reutilización de las baterías gastadas es respetuosa con el medio ambiente, ya que elimina las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen al deshacerse de ella.
Nissan Motor y la china BYD también están trabajando en la utilización de baterías usadas de vehículos eléctricos.