Deslocalizar la cadena de suministro de vehículos eléctricos a Europa reduciría las emisiones de la producción de baterías en un 37% en comparación con una cadena de suministro controlada por China, que se eleva a más del 60% cuando se utiliza electricidad renovable, según un nuevo análisis de Transport & Environment (T&E). Sin embargo, menos de la mitad (47%) de la producción de baterías de ion litio planeada para Europa hasta 2030 está asegurada y el 53% restante de la capacidad de fabricación de baterías anunciada sigue corriendo un riesgo medio o alto de retrasarse, reducirse o cancelarse si no se adoptan medidas gubernamentales más contundentes. En el caso de España, nuestro país se encuentra en una muy buena posición, siendo el tercer país europeo con mayor capacidad de generación de energía renovable, y producir localmente la demanda europea de células y componentes de baterías ahorraría unas 133 Mt de CO2 entre 2024 y 2030, lo que equivale a las emisiones anuales totales de República Checa.
Además, y según el informe, Europa tiene potencial para fabricar el 56% de su demanda de cátodos -los componentes más valiosos de las baterías- de aquí a 2030, pero hasta ahora sólo dos plantas han iniciado operaciones comerciales. Para finales de esta década, la región también podría satisfacer todas sus necesidades de litio procesado y asegurarse entre el 8% y el 27% de los minerales de las baterías procedentes del reciclado en Europa. Pero T&E afirma que las plantas de procesado y reciclado necesitan el apoyo de la UE y del Estado para crecer rápidamente. Carlos Rico, experto en políticas de transporte y medio ambiente de T&E señala que "la competencia por la producción de baterías entre China, Europa y Estados Unidos se está intensificando. Aunque algunas inversiones en baterías que estaban en riesgo de ser atraídas por las subvenciones estadounidenses se han salvado desde el año pasado, cerca de la mitad de la producción prevista aún está en el aire. La UE debe eliminar cualquier incertidumbre sobre la eliminación gradual de los motores de combustión interna y establecer objetivos corporativos para vehículos eléctricos para tranquilizar a los inversores de las gigafábricas, asegurando un mercado garantizado para sus productos".
Francia, Alemania y Hungría son los países que más han avanzado en la consecución de capacidad para gigafactorías desde la anterior evaluación de riesgos de T&E del año pasado. Por su parte, Finlandia, el Reino Unido, Noruega y España tienen la mayor capacidad de producción en riesgo medio o alto debido a los interrogantes sobre los proyectos de Finnish Minerals Group, West Midlands Gigafactory, Freyr e InoBat. Rico afirma que "las baterías y los metales que las componen son el nuevo oro negro, la nueva gallina de los huevos de oro. Los líderes europeos necesitarán un enfoque preciso y un pensamiento compartido para cosechar los beneficios tanto climáticos como industriales. Rigurosos requisitos de sostenibilidad, como las próximas normativas sobre la huella de carbono de las baterías, pueden incentivar la producción local limpia. Y, lo que es aún más importante, Europa necesita mejores herramientas dentro del marco del Banco Europeo de Inversiones y el Fondo de la UE para Baterías para respaldar las inversiones en gigafábricas".