Esta energía de respaldo “mejorará la comodidad y seguridad del metro de El Cairo y alentará a la gente a cambiar al transporte público, mejorando la calidad de vida en una de las ciudades más grandes del mundo, con una población de casi 23 millones”, afirma Saft en un comunicado.
Está previsto que la línea 4 del metro entre en servicio de pasajeros en 2028. Conectará el Gran Cairo de oeste a este, tendrá 42 km de longitud y comprenderá 38 estaciones. Dado que la nueva ruta llegará tanto a las pirámides de Giza como al Gran Museo Egipcio, se preve se la usen a diario unos dos millones de pasajeros.
Según el contrato con Kinki Sharyo, fabricante japonés de material rodante, Saft suministrará los sistemas de baterías para 92 trenes de ocho vagones, con una batería instalada bajo el suelo en cada sección de dos vagones. Conjuntamente, proporcionarán una capacidad de almacenamiento de energía de 130 amperios-hora (Ah) a 110 voltios (V), y tendrán una vida útil de 15 años.
Saft explica que “estas batería están construidos con materiales retardantes de llama que tienen un excelente rendimiento de seguridad contra incendios y cumplen con los estándares de seguridad ferroviaria. Además, el tamaño compacto y el bajo peso de las baterías MRX brindan flexibilidad de diseño a los diseñadores de trenes. El peso ligero reduce el consumo total de energía del material rodante y mejora la sostenibilidad de los viajes en tren”.
“El metro de El Cairo es un lugar especialmente exigente para las baterías, donde las temperaturas pueden alcanzar los 50°C”, dice Ignacio Quiles, de la división de Marketing y Ventas de Saft. “Las baterías MRX de Saft cumplen estos estrictos requisitos de rendimiento, fiabilidad y larga vida útil tras la experiencia de otros proyectos en Oriente Medio, como el metro de Doha (Qatar)”.