Peter Röder, directivo de Munich Re, ha declarado que "asegurar el rendimiento de las baterías es una pieza clave en el rompecabezas de la descarbonización de nuestro sector energético". Con este plan, "por primera vez, los fabricantes de baterías pueden asegurarse contra el riesgo de que sus productos no rindan según lo prometido", añadió, según recoge el boletín Energy Storage News.
El seguro está dirigido especialmente a grandes proyectos, como sistemas de almacenamiento estacionario desplegados para aplicaciones de estabilidad de red o de reducción de la demanda máximo, y cubre el rendimiento de los equipos durante un periodo de diez años. Durante este tiempo, cubrirá los costes de reparación o sustitución de los módulos de baterías defectuosos.
En opinión de Röder, este seguro también debería facilitar la obtención de financiación para proyectos de almacenamiento estacionario, al limitar los costes máximos de las garantías. El directivo de Muchic RE ha explicado que la cobertura puede extenderse a proyectos individuales, "lo que significa que los clientes están cubiertos incluso en caso de insolvencia del fabricante".
Los primeros
El primer cliente del seguro de Munich Re es ESS Inc, fabricante estadounidense de una novedosa batería de flujo redox de "electrolito totalmente de hierro", que se considera adecuada para ciclos de carga y descarga rigurosos, además de proporcionar el almacenamiento de energía durante largo tiempo, normalmente de ocho a diez horas.
ESS afirma que sus sistemas tienen un potencial de más de 20.000 ciclos de vida, aproximadamente más de 20 años de operación. La firma, que ha suministrado varios de estos sistemas a la empresa química BASF (que también es un inversor estratégico en ESS) dice que el seguro "proporciona un respaldo de garantía" para su tecnología.
Según indican desde Energy Storage News, las baterías de flujo están siendo promocionadas como un competidor emergente de las baterías de iones de litio en el almacenamiento estacionario, debido a su capacidad para almacenar energía durante más de cuatro horas sin tener que enfrentarse a la degradación de las células de la batería.
Sin embargo, al tratarse de una tecnología más nueva y relativamente no probada –a pesar de haber sido desarrollada originalmente hace varias décadas a través de la NASA– junto con el hecho de que cada fabricante de esta tecnología utiliza diferentes químicas de electrolitos, materiales y diseño de sistemas, la tecnología aún está en las primeras etapas de bancarización.