El almacenamiento de energía puede ayudar a lograr los objetivos de la UE en materia de energía y clima. Las tecnologías de almacenamiento ofrecen una respuesta flexible a la cada vez mayor proporción de fuentes de energía renovable variables, como la energía solar y eólica, en la red eléctrica. Y la electricidad renovable o el hidrógeno, pueden ayudar a reducir las emisiones procedentes del transporte, al tiempo que la mejora de la tecnología de almacenamiento de energía puede apoyar la expansión de la flota de vehículos que utilizan estos combustibles.
Partiendo de estos principios, el documento informativo del Tribunal de Cuentas describe los principales desafíos para el apoyo de la UE al desarrollo y la implantación del almacenamiento de energía que, según los auditores, son tres: el diseño de una estrategia de la UE para el almacenamiento de energía, el uso eficaz de la investigación y la innovación y el establecimiento de un marco legislativo de apoyo.
En palabras de Phil Wynn Owen, responsable del documento informativo, "la UE ha adoptado medidas para desarrollar un marco estratégico para el almacenamiento de energía, pero existe un riesgo de que las medidas adoptadas hasta la fecha no sean suficientes para lograr los objetivos estratégicos de la UE en materia de energías limpias".
Así, los auditores advierten de que es posible que el actual marco estratégico de la UE no esté a la altura de los desafíos de la transición energética. Afirman que la capacidad de fabricación de baterías de ion-litio (como las empleadas en los vehículos eléctricos) de la UE se está desarrollando más tarde que en otras regiones del mundo líderes en el sector. Como la UE no entrará en el mercado de fabricación de baterías en calidad de pionera, puede tener dificultades para generar una ventaja competitiva.
Al mismo tiempo, la Alianza Europea de Baterías –establecida con el fin de crear una capacidad de fabricación de baterías competitiva y sostenible en Europa– se centra, en gran medida, en tecnologías existentes más que en otras más avanzadas, y corre el riesgo de no lograr sus ambiciosos objetivos.
Falta apoyo y mejorar la financiación
Según los auditores, la Comisión reconoce la importancia de la investigación y la innovación y ha adoptado medidas para simplificar el principal programa de investigación de la UE: Horizonte 2020. Entre 2014 y el tramo final de 2018, concedió 1.300 millones de euros del programa a proyectos de almacenamiento de energía en la red o de movilidad con bajas emisiones.
Sin embargo, también existe el riesgo de que la UE no haya prestado el apoyo suficiente a la implantación en el mercado de soluciones innovadoras de almacenamiento de energía.
Además, los auditores señalan que aún se puede reducir la complejidad de la financiación de la UE para la investigación y aumentar la participación de empresas innovadoras.
Hasta la fecha, los inversores en soluciones de almacenamiento en la red eléctrica han afrontado obstáculos, pero la nueva legislación debería ayudar a superarlos, afirman los auditores. No obstante, en cuanto a la movilidad eléctrica, advierten de que la implantación tardía y poco coherente de las infraestructuras de recarga podría retrasar la adopción generalizada de los vehículos eléctricos.
En resumen, la auditoría ha identificado los siguientes desafíos principales para el apoyo de la UE al desarrollo e implantación de las tecnologías de almacenamiento de energía:
• garantizar una estrategia coherente de la UE;
• aumentar el apoyo de las partes interesadas;
• reducir la complejidad de la financiación de la UE para la investigación;
• apoyar la investigación y la innovación en tecnologías de almacenamiento de energía;
• implantar tecnologías de almacenamiento de energía;
• eliminar los obstáculos para los inversores;
• desarrollar infraestructuras de combustibles alternativos.
El documento informativo "El apoyo de la UE al almacenamiento de energía" puede consultarse en la web del Tribunal en inglés, francés y alemán. La traducción del documento a otras lenguas estará disponible en breve.