La limitada autonomía de los vehículos eléctricos es uno de los principales escollos en su evolución. El proyecto Alise, de cuatro años de duración (inició su andadura en junio de 2015) busca acabar con este inconveniente, y para ello, sus integrantes están trabajando en el desarrollo de una batería de litio-azufre (Li-S) con una capacidad de hasta 500Wh/kg, más del doble de la que se consiguen actualmente, que no supera los 210Wh/kg (en baterías de ion-litio). De esta manera, se dobla la cantidad de kilómetros que estos vehículos pueden recorrer con una sola carga.
En declaraciones a Energías Renovables, Enrique Castaño, investigador del centro tecnológico Ceit IK4 –uno de los integrantes del consorcio– explica que este proyecto ha conducido a la fabricación de varios prototipos de baterías basadas en celdas de Li-S, además de toda la electrónica y el software de control.
Los investigadores de este centro, de la Universidad de Navarra, se han centrado en concreto en monitorizar la degradación de la batería mediante sensores embebidos y el desarrollo de algoritmos que permitan la correcta gestión de las baterías.
Los otros participantes españoles en el proyecto son Leitat, Ficosa, Idneo (los tres catalanes) y Seat. Por su parte, la compañía inglesa Oxis (https://oxisenergy.com/), está inmersa en la comercialización de esta tecnología, ya que uno de los objetivos del proyecto es que tenga un coste asequible para lograr su introducción en el mercado.
El proyecto Alise está financiado por la Unión Europea dentro del programa Horizon 2020 y cuenta con un presupuesto de 7 millones de euros. Se trata del único en Europa que pretende lograr la integración de las baterías de Litio-sulfuro en los PHEV.