El documento, presentado el 3 de diciembre, es el resultado de la colaboración de los seis grupos de trabajo y cinco grupos de tareas sobre temas transversales que crearon a principios de año los participantes en esta gran iniciativa, dotada de 250.000 millones de euros y apoyada por la Comisión Europea, y en la que colaboran más de 400 compañías y entidades de los diferentes estados miembros de la UE.
Con un enfoque holístico, la Agenda establece las prioridades que la investigación sobre baterías debe seguir en los próximos años, con el apoyo de todas las partes interesadas, incluidos los organismos de financiación de I+D europeos, nacionales y regionales, identificando los temas a lo largo de la cadena de valor y la relativa urgencia con la que deben ser abordados. Como punto de partida, señala que las inversiones en la investigación de las baterías y la infraestructura asociada deben ser significativas y continuas a lo largo del tiempo, abarcando tanto las prioridades a corto como a largo plazo.
"Europa –se subraya en el documento– necesitará una investigación de vanguardia, desde el concepto hasta el producto y su introducción en el mercado, para mejorar la sostenibilidad, reducir los costos y garantizar la alta calidad y seguridad de los productos y procesos. Y para garantizar que los expertos europeos estén en igualdad de condiciones, el desarrollo y el despliegue de las competencias y la formación son fundamentales".
En la actualidad, la capacidad de producción europea en baterías se sitúa en 26 GWh. El objetivo para 2029 es llegar a los 450 GWh.
Proyectos prioritarios
Junto a la Agenda Estratégica, el pasado 3 de diciembre se presentaron también dos proyectos IPCEI (Proyectos Importantes de Interés Común Europeo), en los que participa la empresa gallega Little Electric Car, con su programa para la recuperación y reutilización de baterías procedentes de coches eléctricos mediante su nueva división Little-Energy.
Según informan desde la asociación Aedive, el objetivo de este proyecto es recuperar las baterías de los coches eléctricos para crear nuevos packs que se reutilizarán como sistemas de almacenamiento de energía en viviendas y pymes. Para llevarlo a cabo, Little recuperará las baterías, principalmente en plantas de desguace, y las analizará celda a celda. Las que estén en malas condiciones, se enviarán a empresas de reciclaje, mientras que las que se encuentren en buen estado, se reutilizarán para montar nuevos packs destinados al almacenamiento de electricidad.
De esta forma, con este proyecto se da respuesta, además, a una de las grandes preocupaciones, a nivel medioambiental, sobre los coches eléctricos, que es la de la contaminación que puede acarrear el posterior almacenamiento de las baterías. La compañía estima que cada batería desechada mantiene entre el 60% y el 90% de su capacidad de almacenaje.