El último estudio de Transport & Environment 'A European response to US Inflation Reduction Act' apunta que la fabricación de baterías de litio en la Unión Europea podría ser suficiente para satisfacer su demanda interna para vehículos eléctricos y almacenamiento de energía en 2027, lo cual supondría dejar de depender de China en este aspecto, según las previsiones de T&E. En cuanto a la producción europea de baterías de litio, el informe de T&E también revela que la UE podría producir internamente dos tercios de su propia demanda de cátodos, fabricados con materias primas fundamentales, también a partir de 2027. "La dependencia de China para el refinado y el tratamiento de los metales de las baterías también podría reducirse drásticamente: más del 50% de la demanda europea de litio refinado podría proceder de proyectos europeos en 2030", según las previsiones de T&E. Los materiales procederían de minas extranjeras o directamente de proyectos europeos de conformidad con una futura ley europea de materias primas fundamentales, "siempre que cumplan con estrictas normas medioambientales", ha añadido la organización ecologista.
No obstante, también se alerta de que las inversiones prometidas para la UE "podrían acabar en Estados Unidos" debido a la Ley IRA, con la que el país norteamericano espera reducir en un 30% sus emisiones contaminantes para 2030 y en comparación con las de 1990. En este sentido, el informe advierte de que la Unión Europea debe "poner más dinero" si no quiere arriesgarse a que Estados Unidos se quede las fábricas de baterías y los puestos de trabajos previstos debido a las ventajas fiscales de su Ley IRA (Inflation Reduction Act), según informa Europa Press. "La Ley IRA ha cambiado las reglas del juego: Europa deberá poner más dinero sobre la mesa si no quiere arriesgarse a que Estados Unidos se quede con las fábricas de baterías y los puestos de trabajo previstos. Las inversiones prometidas aún podrían acabar en Estados Unidos si Europa no ofrece incentivos suficientes en el marco del 'Net Zero Industry Act' para la cadena de suministro de los vehículos eléctricos", ha explicado el responsable de política de T&E en España, Carlos Rico. Además, contempla ventajas fiscales y otras subvenciones de las que se beneficiarían aquellas empresas que localicen las cadenas de suministro de baterías en el continente americano.
En este contexto, cree que la UE necesita una política que contrarreste las subvenciones estadounidenses o, de lo contrario, "se expone a perder inversiones y puestos de trabajo" en la cadena de suministro de los vehículos eléctricos. Rico también ha señalado que la eliminación progresiva de los motores de combustión en la UE para 2035 "ya ha estimulado muchas inversiones", al tiempo que ha considerado que, en la actualidad, la mitad de las celdas de baterías de iones de litio utilizadas en la UE se fabrican en territorio europeo. En ese sentido, T&E sugiere la creación de un fondo europeo de soberanía que apoye las tecnologías verdes mediante la emisión conjunta de deuda. A su juicio, esto permitiría garantizar la "igualdad de condiciones" en Europa y evitar que los países que dispongan de más efectivo ofrezcan "cuantiosas ayudas estatales a las empresas para sacar provecho".
Fondos europeos directos a las empresas
Sin embargo, a diferencia de lo que se plantea en la iniciativa Next Generation EU, la UE debería desembolsar los fondos directamente a las empresas para, según T&E, evitar las "lentas tasas de absorción" que se han registrado en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR). "El gasto del MRR carece de enfoque estratégico, los fondos suelen tardar en llegar a las empresas y el dinero no es financiable del mismo modo que los créditos a la producción de la IRA estadounidense. También es necesario racionalizar las normas sobre las ayudas estatales de la UE para que los proyectos verdes puedan ampliarse mediante ayudas a la producción, tal y como ya se permite en Estados Unidos", ha apuntado T&E.