Almacenar energía en las enormes cantidades que demanda la transición energética es un gran reto. Se necesitan soluciones rentables a largo plazo, tanto para la climatización de los edificios como para atender los procesos industriales. Pero las tecnologías para almacenar energía eólica, solar o hidráulica durante periodos largos, es decir, durante meses o temporadas enteras, aún no están muy extendidas.
El proyecto de investigación REVEAL, del que informa el portal World Energy Trade, se inició este mes de julio y está basado en proyectos preliminares del Instituto de Tecnología Solar de la OST (Ostschweizer Fachhochschule) y busca dar respuesta al reto Está apoyado por el programa de investigación Horizonte de la UE y la Secretaría de Estado de Educación, Investigación e Innovación (SERI) de Suiza.
Resultados muy prometedores
En el laboratorio, socios del proyecto procedentes de Islandia ya han demostrado que la energía eléctrica procedente de fuentes renovables puede almacenarse químicamente en aluminio sin que se produzcan emisiones de gases de efecto invernadero. El equipo investigador ha demostrado, además, que la energía térmica y eléctrica también puede recuperarse del aluminio con gran eficacia.
De hecho, el aluminio puede absorber y almacenar de forma estable cantidades extremadamente altas de energía cuando se produce a partir de óxido de aluminio. Y un metro cúbico de aluminio puede almacenar más energía que el mismo volumen de gasóleo de calefacción.
Otra de las ventajas que se desprenden de los cálculos iniciales del modelo es que el almacenamiento de energía de esta forma puede ser bastante más barato que, por ejemplo, la conversión de energía en gas o los combustibles sintéticos.
REVEAL cuenta con el apoyo del programa Horizonte Europa de la Unión Europea y del SERI, con un importe total de 3,6 millones de euros. Sus objetivos concretos son, por un lado, el desarrollo de tecnologías avanzadas con las que se pueda producir aluminio a partir de alúmina sin emisiones de dióxido de carbono, es decir, con neutralidad de CO2, y, por otro, el desarrollo de tecnologías para liberar la energía almacenada en ella en invierno.
Economía circular
La liberación de la energía almacenada en el aluminio da lugar a productos de reacción que pueden volver a convertirse en aluminio con nueva energía. Un objetivo importante del proyecto es cerrar este ciclo de materiales. Así, el aluminio que se introduce en el concepto de almacenamiento puede circular muchas veces entre los procesos de carga y descarga y, en el mejor de los casos, nunca necesita ser sustituido por aluminio nuevo. Para los propietarios de viviendas o empresas, esto significa que pueden hacer que los "subproductos" de su sistema local de suministro de electricidad y calor se recojan de nuevo y se sustituyan por aluminio recién producido.
Además de estos aspectos técnicos, el coste y el impacto medioambiental serán cruciales para el éxito y la sostenibilidad del proyecto, cuya finalización está prevista para 2026.