Discurso duro y argumentado: la legislación española que regula la edificación y rehabilitación "está muy lejos de ser una palanca de cambio hacia la verdadera estandarización de los Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN) en España". Lo dice la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), que señala que "un ejemplo de la falta de efectividad de la actual legislación podemos encontrarlo en la reciente y más que difusa e interpretable" definición de ECCN que hace el Gobierno Central en la disposición adicional cuarta del Real Decreto 56/2016, de 12 de febrero de 2018, donde se establecen como los requisitos mínimos que deben satisfacer esos edificios aquellos que “en cada momento, se determinen en el Código Técnico de Edificación” (en adelante CTE).
Según esta disposición -denuncia la Plataforma PEP-, España establece hoy como Edificio de Consumo Casi Nulo aquel que presenta una demanda teórica para calefacción entre 15 y 70 kilovatios hora por metro cuadrado y año, "algo paradójico cuando hay patrones de construcción sólidos, maduros y eficazmente probados en numerosos países del mundo, entre ellos España, que garantizan una demanda inferior a 15 kWh/m².año, lo que se traduce en un consumo energético notablemente inferior, en torno a un 85% de reducción sobre el actual DB-HE1" [Documento Base -Limitación de la Demanda Energética- del Código Técnico de Edificación].
¿Objetivo prioritario de la Plataforma? Deshacer el camino andado por el anterior Ejecutivo; y promover desde la nueva Administración Pública los ECCN. La Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) considera como uno de sus "objetivos prioritarios" el lograr que se modifique la actual definición de Edificio de Consumo Casi Nulo realizada por el anterior Gobierno Central "y que esta se aproxime lo más posible a los estrictos límites que establece el patrón Passivhaus, uno de los más completos y exigentes del mundo en edificación energéticamente eficiente".
La Administración, protagonista
La presidenta de la Plataforma de Edificación Passivhaus, Adelina Uriarte, considera en ese sentido que hay que "afinar las herramientas de medición y promover aquellas construcciones que sean realmente más acordes con los parámetros de consumo casi nulo". Uriarte sostiene que la Administración Pública debe ser "protagonista en un amplio abanico de papeles, entre ellos, los de usuario, técnico y legislador. Además, su rol de divulgación y transmisión de conocimiento en materia de construcción y rehabilitación hacia el consumo casi nulo es fundamental”.
El patrón edificatorio Passivhaus certifica únicamente edificaciones que logran garantizar una demanda energética para calefacción y refrigeración menor o igual a 15 kWh/m².año; una demanda de energía primaria menor o igual a 120 kWh/m².año; y la práctica ausencia de infiltraciones de aire en el interior de la vivienda o edificio (menor o igual a 0,6 renovaciones/hora a 50 pascales de presión comprobada mediante ensayo Blowerdoor).
La capacidad de los edificios pasivos para la reducción de emisiones a la atmósfera es muy alta, según la Plataforma PEP, "y mucho más eficientes y oportunos en cuanto a consumos máximos de energía por metro cuadrado y año (15 kWh) que los entre 15 y 70 kWh por metro cuadrado y año que supone como 'adecuados' actualmente el CTE para un Edificio de Consumo Casi Nulo".
Según la Plataforma PEP, "la reducción de consumo de un edificio certificado Passivhaus frente a lo que marca el CTE se acerca al 85%; este dato podría ser cercano al 92,5% en caso de rehabilitación del parque edificatorio existente en España, donde podemos partir de valores iniciales de consumo entre 150 y 200 kWh/m².año".
Para Uriarte, “queda mucho por hacer, en muchos niveles, y es también fundamental incluir en la legislación un área que exija que los requisitos sobre consumo casi nulo deben ser medibles y constatables para que el usuario sepa lo que está comprando y tenga conocimiento de las prestaciones de un determinado edificio. Si construimos edificios con prestaciones Passivhaus estaríamos reduciendo de forma importante el consumo de energía, que posteriormente es contaminación ahorrada”.
La Plataforma PEP repasa los cinco principios básicos Passivhaus
"Una edificación pasiva es un tipo de construcción enfocada a la máxima reducción de la energía necesaria para su climatización, logrando mantener en su interior una temperatura constante y confortable, y unas condiciones idóneas de confort acústico y de calidad del aire mediante la optimización de los recursos existentes".
La idea base -apuntan desde la Plataforma- es aprovechar al máximo el sol y la orientación del inmueble para captar la mayor energía posible. A partir de ahí, basta aplicar exhaustivamente cinco principios básicos en la construcción del edificio: utilizar importantes niveles de aislamiento térmico; cuidar su diseño y ejecución eliminando los puentes térmicos, dando continuidad al aislamiento a lo largo de todo el edificio; incluir puertas y ventanas de altas prestaciones térmicas (triple acristalamiento, bajas transmitancias y correcta instalación); garantizar la hermeticidad al aire exterior; y recurrir a una ventilación mecánica con recuperación de calor de alto rendimiento, que permite ventilar recuperando entre el 80% y el 90% de la energía que está dentro del propio inmueble.