Las energías renovables representan cerca del 30% de la potencia eléctrica instalada y en torno al 17% en el mix de generación eléctrica en Asturias. Efectivamente son cifras mejorables, queda mucho camino que recorrer pero ya existe un importante tejido empresarial como punto de partida. En la actualidad el sector asturiano de renovables opera en toda la cadena de suministro con una fuerte actividad internacional en grandes proyectos.
Del lado de la generación, existen 19 parques eólicos en operación –y varios en fase de proyecto tras la última subasta de renovables– y 39 centrales hidroeléctricas con desarrollos micro-hidráulicos innovadores. De especial singularidad es la existencia de más de 280 instalaciones de geotermia, siendo muy relevantes los aprovechamientos térmicos del agua de explotaciones mineras, como la red de calor de agua de mina de Mieres (4MWt), una de las mayores de España.
En eólica marina, es en donde Asturias se encuentra mejor posicionada, a pesar de no disponer de ningún parque eólico offshore propio. Ya existen 37 empresas fabricando componentes y suministrando servicios para plantas en otras partes de Europa, y más de mil personas trabajando directamente en lo que forma parte del segundo hub industrial de Europa en eólica marina. Se trata, además, de un sector con un alto componente tecnológico con mucha inversión en I+D+i por lo que genera un empleo muy cualificado. La alianza formada por la asturiana Windar Renovables y Navantia se ha demostrado un éxito de cooperación empresarial que ha sabido sumar las fortalezas de ambas compañías en cuanto conocimiento y capital humano para liderar y poner en marcha proyectos internacionales.
Curiosamente, en una de las regiones con menor radiación solar de España, la empresa asturiana TSK factura más de 1.000 millones de euros anuales, con un 35% de su negocio en la fotovoltaica y la termosolar, empleando a más de mil personas con proyectos en más de 50 países. Hoy en día se puede construir una central solar termoeléctrica completa en Asturias.
En energía solar fotovoltaica existen alrededor de 600 instalaciones aisladas y conectadas a red. Se han identificado 23 empresas y más de 1500 empleos directos en la cadena de valor de esta tecnología en la región, según las estimaciones de UNEF, y un 20% adicional de empleos indirectos. Concretamente hay empresas operando en las actividades de ingeniería, fabricación de estructuras y/o seguidores, instalación, venta de equipos solares y equipos electrónicos, transporte, comercialización, recubrimientos metálicos y transformación de metales. Entre las compañías más pujantes se encuentra Praxia Energía, que ha diseñado y fabricado estructuras para proyectos con una potencia superior a los 1000MW en los cinco continentes, o Alusín Solar que ha experimentado una rápida expansión internacional desde 2010 dando suministro en más de doscientos proyectos en catorce países. En estos momentos participa en un proyecto para abrir una gran instalación de autoconsumo para una empresa que llevará 7.500 paneles en Asturias.
Por parte de la energía de la biomasa, existen casi 700 instalaciones (50MW) de calderas de biomasa y varias redes de calor urbanas como la de Fundoma (1,5 MW), Alfonso II (4 MW) y Villayón (0,26 MW). Y está previsto que la red de calor en el barrio de Ecojove en Gijón abastezca a más de dos mil viviendas. A nivel industrial, destacan las plantas de biomasa de ENCE y de biogás de Cogersa y Biogastur. Actualmente más de mil empleos estarían ligados a la biomasa. Ya en 2017 se extrajo más biomasa que carbón en Asturias. Sus posibilidades de crecimiento están ligadas al elevado potencial de su recurso local a través de una gestión sostenible.
El futuro del sector renovable en Asturias estará determinado por un lado por el propio aumento de la generación renovable en la región, y por otro lado por la posibilidad de consolidar y expandir la capacidad productiva de la industria local para dar respuesta al crecimiento del mercado español e internacional de las renovables en el horizonte 2030.
* ISTAS está desarrollando el proyecto “Las energías renovables como vector para fortalecer la resiliencia de la economía local”, financiado por la Fundación Europea del Clima.
