Este reducido diferencial español, según T&E, es el ínfimo beneficio fiscal que reciben los eléctricos frente a los coches de combustión en el impuesto de circulación (IVTM). Esta brecha es de únicamente 3 euros, mientras que en Portugal es de 186€, en Suecia de 787€ y, en Francia, de 1.533 euros. El análisis y reforma de este impuesto es un hito incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, de obligatorio cumplimiento. Además de por la escasa progresividad del impuesto de circulación, la reducida diferencia entre los impuestos que pagan los coches eléctricos y los de combustión se explica por el impuesto de matriculación y por las pocas ventajas fiscales que disfrutan los eléctricos en los impuestos específicos del canal corporativo.