La catástrofe nuclear de Fukushima Daichii desencadenó la evacuación de más de 160.000 habitantes de la zona próxima a la central. Decenas de miles de los evacuados continúan viviendo hoy, seis años después, en emplazamientos provisionales (temporary accommodation). La directora de Greenpeace Japón, Yuko Yoneda (foto), considera que "hoy es un día para recordar a las víctimas" y denuncia que el Gobierno del primer ministro japonés, Shinzō Abe, no pretende sino "ayudar a la industria nuclear y dar una sensación falsa de normalidad, pero nuestros muestreos dicen lo contrario". En ese sentido, la organización ecologista explica que uno de sus equipos de investigación ha recogido recientemente muestras en la localidad de Iitate, a unos 30 kilómetros de la central, y ha encontrado que las dosis de radiación están "muy por encima de los objetivos de descontaminación del Gobierno japonés, con niveles de exposición anual de por vida que representan un riesgo para los ciudadanos que vuelvan".
Iitate
Según los investigadores de Greenpeace, "en algunos hogares en Iitate, las dosis de radiación son equivalentes a una radiografía de tórax todas las semanas". A pesar de ello -denuncian los ecologistas-, el Gobierno japonés "confirmó en febrero de este año que todavía no se ha realizado ninguna evaluación de los riesgos de exposición de por vida para los ciudadanos si tuvieran que volver a esta localidad". Greenpeace, que le ha pedido al Ejecutivo nipón que preste apoyo financiero a los damnificados, exige en todo caso que el Gobierno japonés entregue "información transparente sobre los riesgos, de modo que nadie tenga que regresar por razones económicas o bajo engaño por una falsa sensación de seguridad".
La organización ecologista demanda a las autoridades en ese sentido que tomen medidas "para reducir la exposición a la radiación al mínimo absoluto con el fin de proteger la salud pública y permitir a la población que decida si quiere volver sin coacciones". Según la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace España, Raquel Montón, "la gente de Fukushima está atrapada: ni la planificación de emergencias ni la seguridad nuclear se tuvieron en cuenta en su día y ahora, debido a las políticas de reasentamiento para lavar la cara a la industria nuclear, se da una nueva vuelta de tuerca, en vez de defender los derechos humanos de las víctimas, especialmente las mujeres y la infancia".
En ese sentido, Greenpeace ha anunciado que entregará hoy, 11 de marzo, una carta detallando las violaciones de los derechos humanos a los supervivientes de Fukushima en las embajadas japonesas en Helsinki, París, Bruselas, SanPetersburgo, Viena, Berna y Berlín.
De los 54 reactores nucleares que tenía Japón antes del accidente, en este momento -informa Greenpeace- solo están operativos tres. La organización ecologista recuerda que en España el Gobierno coquetea con reabrir Garoña (con un reactor igual al de Fukushima) y ampliar la vida del envejecido parque nuclear, en vez de avanzar con urgencia hacia las energías renovables.