Hay dos puntos rojos en este diagrama. El primero es el punto que marca el voto de la comisión del Medio Ambiente, Salud Pública, y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo (de diciembre 2016). Esta comisión aprobó en esa fecha un paquete de cambios legislativos para el sistema de mercado de derechos de emisión (EU-ETS), asegurando que se trata “del regalo de Navidad para todos los se preocupan por el medioambiente’. Pues bien, yo me preocupo por el medio ambiente. El regalo perfecto hubiera sido una señal que impulsara un precio adecuado del CO2 y que el EU-ETS volviera a ser un instrumento en el que podemos confiar para dirigir la lucha frente al cambio climático.
En Sandbag, el think-tank medioambiental que dirijo, lo único que notamos fue un ligero encogimiento de hombros por parte del mercado. Nos fuimos a la cena de Navidad sin hacernos ilusiones. Los meses siguientes tuvimos que explicar a la gente que el paquete de ENVI iba a determinar en poco o nada que se implementaran las promesas hechas por Europa durante la cumbre del Paris. A pesar de introducir unas pocas mejoras, el voto de ENVI permite que el superávit de los derechos de emisión (EUAs) se mantenga y prevalezca en el mercado fuera de la Reserva de Estabilidad del Mercado hasta el fin de 2030 (MSR, por sus siglas en inglés).
El siguiente marco rojo en el diagrama identifica el día en que el pleno del Parlamento Europeo votó sobre el paquete de la ENVI (15 de febrero de 2017). Una votación que no solo mejoró el paquete legislativo, sino que lo debilitó. El Parlamentó perdió la oportunidad de introducir otras opciones que hubieran podido fortalecer la reforma, como la armonización del sistema EU-ETS con los compromisos del acuerdo de París, que empezarán en 2021, sin todo el superávit de derechos de emisión bajo el tope de EU-ETS y así asegurar que éste pudiese dirigir el esfuerzo para reducir las emisiones de CO2. Esto hubiera significado un cambio del status quo, lo que hubiera provocado, presumiblemente, una fuerte reacción en el mercado del carbono. Nada. El mercado continúa obstinadamente bajo, sin ningún interés en lo que se cuece en la política climática.
Aún peor: los precios a futuro del CO2 indican que el precio bajo continuará en la década de 2020. Estamos de acuerdo con el mercado en que, obviamente, no existe deseo político de empujar la reforma.
Elementos cruciales del paquete votado por el Parlamento Europeo
En primer lugar, el tope, que establece la ambición para el ETS y está programado para caer al 2,2% anual a partir de 2021 (las propuestas para aumentarlo al 2,4% fueron rechazadas).
En segundo lugar, el punto culminante del paquete fue mejorar la Reserva de Estabilidad de Mercado (MSR) que operará a partir de 2019, de manera que retire un poco más de los márgenes del mercado. Sin embargo, la MSR contendrá más de 2 mil millones de permisos en 2020, y tampoco podrá devolver más de 100 Mt cada año. Así que realmente no tendrá impacto hasta finales de la década de 2050.
Finalmente, y lo que es más importante, no se votaron propuestas para reajustar la línea base de las emisiones para el tope ("rebase") en línea con las emisiones. El superávit estructural acumulado sigue aumentando cada año.
Existe, no obstante, una nueva oportunidad para mejorar el sistema, cuando los ministros de medioambiente europeos se reúnan mañana, 28 de febrero, para consolidar su posición. En Sandbag, seguimos abogando por ajustar la línea de base de las emisiones a un nivel más realista, ya que es la única manera de eliminar suficientes subsidios y que el sistema funcione. Instamos a cualquier Estado Miembro que se tome en serio la protección del clima a apoyar ese ajuste antes de que sea demasiado tarde.
Los países más ambiciosos también tienen la posibilidad de utilizar, sencillamente, la opción de comprar y cancelar unilateralmente los subsidios (hasta cierto límite). Si en la reunión de mañana los ministros aprueban la cancelación voluntaria, esto podría hacerse sin necesidad de que en cada ocasión tenga que haber un acuerdo adicional entre la UE. El gobierno de Suecia ya ha dicho que tiene la intención de hacerlo. Sea como sea, la reacción del mercado de carbono a la reforma debería invitar a los ministros europeos a reflexionar en el futuro del proyecto EU-ETS.
* Sandbag es un ‘think-tank’ sin ánimo de lucro, basado en el Reino Unido, que realiza investigación y campañas para el desarrollo de políticas climáticas efectivas.