Veintitrés empresas de nueve países (ocho europeos más Estados Unidos) se reparten los primeros certificados SBP. El sello, impulsado por siete grandes consumidores de pélet industrial, entre los que se encuentran E.ON, Drax y Dong Energy, cubre la fabricación de estos biocombustibles sólidos procedentes de biomasa forestal desde el suministro hasta la producción, pasando por el transporte. A principios de este año, solo tres empresas lo habían obtenido.
Como avanzábamos en enero, una de las nuevas empresas que ya cuenta con el SBP es la gallega Biomasa Forestal, primera española en lograrlo. Pilar Gorría Serrano, coordinadora de certificación de NEPCon, una de las tres entidades de verificación de SBP y la única que trabaja en Europa, afirma que la compañía ubicada en As Pontes (A Coruña) “demuestra así su compromiso con un suministro de materias primas procedente de fuentes legales y sostenibles para la producción de biomasa forestal”.
Letonia lidera la SBP con seis empresas
“Es necesario asegurar que la biomasa forestal utilizada para producción de energía procede de fuentes responsables, de manera que se garantice un uso adecuado de los productos del bosque, sin que este uso suponga un deterioro de los ecosistemas forestales, y por lo tanto un impacto negativo en el cambio climático”, añade Gorría. Desde NEPCon recuerdan que la certificación SBP confía y se basa en el sistema de cadena de custodia de certificación forestal FSC ó PEFC, de tal manera que productores y comerciantes deben contar con uno de ellos para obtener la SBP.
De las veintitrés empresas con SBP, doce proceden de los países bálticos, destacando el caso de Letonia, con seis, seguido de Lituania y Estonia, ambas con tres. El segundo país con más empresas es Estados Unidos (cuatro). Portugal demuestra también su pujanza en el sector del pélet industrial con tres empresas certificadas. Dinamarca, Bielorrusia, Polonia y España se reparten una compañía cada uno.
Críticas ecologistas
Desde el movimiento ecologista cuestionan el sello por su origen empresarial. En uno de los comunicados más críticos con la biomasa a gran escala promovido por Salva la Selva, cien ONG de todo el mundo proponían quitarle a este tipo de bioenergía el carácter de renovable y denunciaban que “los estándares ya existentes para biocombustibles y los propuestos para biomasa dependen enteramente de la autorregulación por parte de las empresas y las consultorías contratadas por ellas mismas”.
Recolectora de certificaciones
En relación a Biomasa Forestal, NEPCon señala que, como parte del proceso de preparación para esta certificación, “la empresa ha tenido que trabajar junto con sus proveedores para recolectar información sobre el origen de la materia prima utilizada y las prácticas forestales con las que se obtuvo, y sobre la energía consumida desde el aprovechamiento forestal hasta las instalaciones de su fábrica”. Recuerdan que la exportación al extranjero es su principal objetivo (80% de la producción).
La compañía gallega añade así un nuevo sello de calidad a una lista que ya cuenta con ENPlus A1, PEFC y Galicia Calidade, entre otros. Luz Pardo, consejera delegada del Grupo Gestán, propietaria de Biomasa Forestal, afirma que desde sus inicios hace cinco años, la empresa “está firmemente comprometida con la calidad al más alto nivel, que es, además de un medio, un fin en sí mismo y una filosofía empresarial para nuestra compañía”. Biomasa Forestal consume materia prima procedente de fuentes cercanas, siendo cien por cien madera gallega.