"Un problema fundamental asociado a la conversión de algas en combustibles líquidos para el transporte es la presencia de nitrógeno a partir de las proteínas de algas en el aceite crudo intermedio, que se convierte en un veneno en el proceso de catálisis para mejorar esa conversión”, afirma Thomas Maschmeyer, profesor de Química de de la Universidad de Sydney y uno de los firmantes del artículo sobre esta investigación publicado en la revista Energy & Environmental Science.
La reducción de este alto contenido en nitrógeno en macroalgas del género Oedogonium se ha convertido en uno de los avances principales realizados dentro del proyecto llevado a cabo por investigadores de las universidades de Sydney y James Cook de Australia y Ben Gurion en Israel. Gracias a este trabajo han conseguido crear en laboratorio un biocarburante de alta calidad para la aviación a partir de algas autóctonas que crecen en masas de agua dulce al norte de Australia.
El profesor Rocky de Nys del Centre for Macroalgal Resources & Biotechnology de la Universidad James Cook ha encabezado la investigación y considera que el genero Oedogonium contiene "especies robustas, no invasoras y altamente productivas y de fácil cultivo a gran escala utilizando las aguas residuales”. Los investigadores entienden que estas características las hacen muy atractivas para crear combustibles renovables aptos para ser mezclarlos con el queroseno de origen fósil, además de para otros productos químicos.