Al funcionar sin partes móviles, este singular aerogenerador ahorra en costes de fabricación y mantenimiento frente a los convencionales, según se informa en el blog de la Fundación para el Conocimiento madri+d. Además, de acuerdo con sus diseñadores, la turbina se pone en funcionamiento ante un mayor rango de velocidades de viento, no produce ruidos y tiene un bajo centro de gravedad, “características que hacen que Vortex sea considerado como un revolucionario salto tecnológico y alternativo a la tecnología existente para la generación de energía eólica”.
La tecnología de Vortex está basada en la deformación producida por la vibración, inducida por el viento al entrar en resonancia, en un cilindro vertical semirrígido y anclado en el terreno. El cilindro –esto es, la turbina eólica– está fabricado con materiales piezoeléctricos y fibra de vidrio o fibra de carbono, y en él se genera energía eléctrica por la deformación de los materiales piezoeléctricos (cristales con capacidad de polarizar eléctricamente su masa mediante tensiones mecánicas, con lo que aparece una diferencia de potencial y cargas eléctricas en su superficie).
El equipo promotor de Vortex –compuesto por David Yáñez, Raúl Martín y David Suriol Puigvert– fue apoyado por la Fundación para el Conocimiento madri+d durante su lanzamiento y premiado con un accésit al Premio madri+d 2009 al Mejor Plan de Empresa de Base Tecnológica.
La segunda sesión de The South Summit ha contado con la presencia de 35 de los más destacados fondos de inversión nacionales e internacionales. Las start-ups ganadoras en cada una de las cinco categorías existentes obtendrán financiación y ayuda para su internacionalización, además de una mayor visibilidad y el acceso a potenciales acuerdos estratégicos. Al concurso se presentaron 3.000 proyectos, procedentes de toda España, el Mediterráneo y Latinoamérica.