El funcionamiento de las “gandules” (el nombre de tumbona en catalán) es muy sencillo. Las placas solares recogen la energía del sol y esa energía pasa directamente a un transformador, que la transforma de 8 a 100 voltios; la necesaria para recargar los aparatos, según explica Sergi Ballester en Rubi.tv. En un día de sol radiantes, pueden recargar un móvil al que le quede un 20% de batería en 60 minutos.
Las cuatro hamacas instaladas en Barcelona corresponden al primer prototipo ideado y patentado por los dos jóvenes, que contaron con el apoyo y el asesoramientoe empresarial para sacar adelante su idea. Ahora buscan financiación para ampliar el abanico de modelos y patentar sus hamacas también en Europa y Estados Unidos. Para ello, acudirán a las convocatorias de préstamos del Institut Català de Finances (ICF), que avalan el 70% y pondrán en marcha una campaña de crowdfunding a través de la página web FundedByMe.
En declaraciones a La Vanguardia, indican que su objetivo es lograr 30.000 euros, la cifra que han calculado que necesitan para hacer frente al alquiler de un local –ahora Sergi elabora cada unidad él mismo en la terraza de casa de sus padres- y al "papeleo" de una patente en Estados Unidos, porque el mercado en el que quieren estar es global.
Sin embargo, Sergi y Gemma tienen muy claro que preferirían producir sus “gandules” en Rubí. Su propósito es dar trabajo a mayores de 45 años del municipio. "Mi padre se quedó sin trabajo con 48 y le costó mucho volver a encontrar uno. Si puedo, quiero que alguien no tenga que pasar por eso", manifiesta Ballester.