En el mundo había instalados 12,56 GW de energía geotérmica para generación eléctrica en 2012 (último año global disponible), según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA1) y del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC2). Dos organismos que se muestran optimistas sobre el crecimiento de este sector, augurándole una potencia instalada de 65,7 GW en 2030 a escala global.
España, de momento, permanece ajena a este desarrollo. A fecha de hoy no hay una sola planta de producción eléctrica a partir de la geotermia en todo el territorio nacional. En su informe sectorial, que GeoPlat presentó el pasado mes de diciembre, la plataforma explica que esto se debe, fundamentalmente, “a la complicada situación que ha atravesado el sector eléctrico español y a los costes de inversión en la primera fase de la promoción de este tipo de instalaciones, vinculados al riesgo asociado a la identificación del recurso”. En otras palabras, es difícil que las empresas se animen a gastar dinero en un negocio en el que faltan datos y apoyo.
No obstante, interés hay. De hecho, entre los años 2009 y 2010 varias empresas mostraron su interés por el mercado nacional, por dos razones: el precio de los costes de instalación estaba bajando, gracias a las mejoras técnicas, y por esas fechas se realizó una estimación del recurso geotérmico disponible en España y de las tecnologías que serían más adecuadas para aprovecharlo. Este análisis, realizado a iniciativa privada, mostró que el recurso geotérmico para generación eléctrica disponible se localiza en zonas profundas, lo que exige perforar pozos más hondos respecto a la media mundial del sector. Pero como más metros de pozo supone más costes, el sector está a la espera de que de nuevo la tecnología reduzca el precio de perforación; por ejemplo, mediante técnicas láser.
Otro dato importante que puso de manifiesto este estudio es que las Islas Canarias se distinguen del resto del territorio nacional por la presencia de un recurso geotérmico de alta temperatura (más de 150ºC) de naturaleza volcánica, que podría ser aprovechado para generar electricidad con tecnología Flash, la más común en yacimientos de alta temperatura. Dice el estudio que en el archipiélago podrían instalarse plantas de tipo modular utilizando esta tecnología a partir del año 2018-2019.
En la península los recursos disponibles son de media y baja temperatura (entre 30 y 150ºC), si bien GeoPlat cree que las esperadas mejoras en la tecnología de ciclo binario permitirán también aprovechar estos yacimientos para la generación eléctrica. De acuerdo con la Plataforma, a largo plazo el mercado estará segmentado entre un 55% de plantas Flash (de 20 MW cada una), un 40% de ciclo binario (de 20 MW cada una) y un 5% de sistemas geotérmicos estimulados, las denominadas plantas EGS (de 10 MW cada una).
Apoyo e incentivos
GeoPlat incide, no obstante, en la necesidad de contar con cierto apoyo económico para incentivar el despegue de este mercado, a través de subvenciones, préstamos blandos o seguros durante las primeras fases del proyecto, en las que el riesgo es elevado. Considera, además, que hay que retribuir la inversión y operación de manera que el inversor obtenga una rentabilidad razonable con el proyecto. A cambio, la geotermia eléctrica (o de alta entalpía) contribuiría a la independencia energética de España, evitando la importación de aproximadamente 710.000 toneladas equivalentes de petróleo (tep) en combustibles fósiles desde el 2017 a 2030. Además, evitaría la emisión de aproximadamente 1,9 millones de toneladas de CO2 (equivalente a unos 38 millones de euros hasta 2030). También contribuiría a crear puestos de trabajo, sobre todo durante la fase EPC (ingeniería, Obtención y Construcción), que se prolonga entre 4 y 5 años. Las estimaciones del sector para el escenario 2030 son de 13.300 empleos a tiempo completo durante el período 2012-2030, entre directos e indirectos.
Otro dato a tener en cuenta es que las empresas españolas (mayoritariamente utilities, constructoras..) podrían acaparar aproximadamente el 40% de cada proyecto de geotermia profunda que se realice en el territorio español, y en torno al 50% a medida que el mercado se desarrolle. Respecto las exportaciones, el mayor potencial se localiza en Latinoamérica en plantas de tamaño medio (unos 20 MW) que utilicen de tecnología Flash, donde las compañías españolas podrían capturar más del 40% del valor de la inversión de este tipo de instalaciones.
Calefacción y refrigeración: alto potencia de crecimiento
El uso de la geotérmica con fines térmicos –calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria tiene una larga trayectoria en el centro y norte de Europa, con más de un millón de intercambiadores geotérmicos funcionando. Sin embargo, en España tampoco está demasiado desarrollado este sector, probablemente porque requiere de una mayor inversión inicial debido al coste de instalación del sistema de intercambio.
Según GeoPlat, en 2012 había en torno a 167 MW instalados con esta finalidad, si bien la Plataforma advierte que es difícil cuantificar el mercado ya que no existe un registro de instalaciones térmicas renovables. A nivel mundial, en 2012 había 62 GW de potencia geotérmica instalada con fines térmicos, y se prevé que para 2030 llegue a los 408 GW.
En España hay, sobre todo, aplicaciones de muy baja y baja temperatura utilizadas con diferentes finalidades, como la climatización de espacios y la producción de ACS. Este mercado tiene un alto potencial de crecimiento y de generación de riqueza local ya que la casi totalidad de las empresas instaladoras son empresas locales. Se estima que la actividad económica generada por este sector podría alcanzar los 164 millones de euros en 2030 y contribuir a crear unos 20.000 puestos de trabajo hasta ese año.
También contribuirá a reducir las emisiones contaminantes del país y, por tanto, la necesidad de comprar derechos de emisión. Según datos del IDAE, ahorraría más de 4,7 millones de toneladas de CO2 (lo que equivale a 94 millones de euros) hasta 2030. Asimismo, la generación térmica con geotermia reduciría nuestra dependencia energética, mejorando la balanza de pagos nacional. Si para 2030 hay los 150 MW de potencia instalada que el sector estima viables, se evitaría la importación de aproximadamente 2 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) en combustibles fósiles desde el año 2017 hasta esa fecha.
Ahora bien, como en el caso de la geotérmica con fines eléctricos, GeoPlat señala que si se quiere favorecer el desarrollo de este sector, hace falta apoyo por parte de las administraciones vía subvenciones, desgravaciones fiscales y regulación adecuada. En este último caso, mediante la trasposición puntual y efectiva de las correspondientes Directivas europeas.
La Plataforma estima que esta tecnología alcanzará unos costes de instalación competitivos en torno al año 2030, con precios similares a los de las tecnologías convencionales, aunque a mayor incremento del coste de los combustibles fósiles la competitividad para los sistemas de climatización geotérmicos puede llegar antes.
Más información:
www.geoplat.org
Recursos
Los recursos geotérmicos pueden clasificarse en tres grupos de acuerdo a su temperatura:
• De alta temperatura (más de 150ºC). De ellos se obtienen agua y vapor a muy alta presión y temperatura, por lo que se utilizan preferentemente para generar energía eléctrica. Este tipo de centrales se emplazan habitualmente sobre el yacimiento, del que extraen el agua y el vapor a alta entalpía, que acciona una turbina para generar electricidad. Una vez extraída la energía, el agua se devuelve al yacimiento con objeto de asegurar la sostenibilidad y perdurabilidad del mismo.
Aunque no exista un acuífero, también se puede crear un yacimiento geotérmico inyectando agua en una zona del terreno que esté a alta temperatura, lo que permite aprovechar este recurso en otros lugares donde hasta ahora no era viable. Esta técnica se denomina geotermia estimulada o sistemas geotérmicos estimulados (EGS- Enhanced Geothermal Systems).
• De media-baja temperatura (entre 30 y 150ºC). Se utilizan directamente para proporcionar calefacción y agua caliente en pueblos y ciudades, además de en balnearios y otras industrias, especialmente en invernaderos y piscifactorías. En algunos casos pueden emplearse también para producción eléctrica.
• De muy baja temperatura (menos de 30ºC). Consiste en aprovechar tanto el calor que se genera bajo la corteza terrestre, como el calor del sol que se absorbe. Se utiliza principalmente para climatizar –calefacción y refrigeración–, edifcios y viviendas y para agua caliente sanitaira. Su funcionamiento se basa en la temperatura del interior del terreno, que se mantiene constante durante todo el año, permitiendo que el intercambio de calor se produzca en condiciones prácticamente estables en todas las estaciones. El circuito de intercambio subterráneo extrae calor del terreno y con una bomba de calor lo trasmite al edificio en invierno, calefactándolo. Por el contrario, en verano el edificio se refrigera al cederse calor al terrero a través del mismo circuito de intercambio. La bomba de calor, al funcionar sin combustión, no produce humos ni contaminación, es segura y requiere muy bajo mantenimiento.
(Fer, ilustra este recuadro con el cuadro titulado Recursos geo y usos).
I+D+i
Según datos de GeoPlat, existen 21 centros de I+D+i en toda España que incluyen la investigación en energía geotérmica como una de sus líneas de actuación. Sin embargo, la dedicación de recursos es escasa y ninguno de los centros cuenta con más de 10 investigadores disponibles para esta tarea. De ahí el interés que ha generado la participación española n la European Research Area (ERA) Net Cofund–Geothermica, anunciada por GeoPlat a finales del año pasado. Esta red cofinancia proyectos de I+D+i en geotermia para producción eléctrica mediante fondos de la Comisión Europea y el Estado miembro.
La I+D+i es igualmente determinante para el desarrollo tecnológico de la geotermia con fines térmicos. Un ejemplo de ello lo encontramos en el proyecto Cheap-GSHPs (cheap and efficient application of reliable ground source heat exchangers and pumps) en el que participa la Universidad de Valencia y cuyo objetivo es lograr abaratar en un 20-30% los costes de los sistemas geotérmicos de baja entalpía. Otra referencia es el proyecto GeothermDeep (Diseño y desarrollo de una nueva tecnología energética basada en intercambiadores geotérmicos profundos con materiales y morteros avanzados) que lidera Sacyr y cuya finalidad es el desarrollo de un sistema de climatización basado en intercambiadores de calor geotérmicos que superen la limitación de espacio.