“El mercado fotovoltaico está cambiando a una velocidad increíble, mucho más rápido de lo que pensábamos. Sobre todo por la bajada de costes”, ha dicho esta mañana el presidente de UNEF, Jorge Barredo. “En este escenario son las compañías eléctricas tradicionales las que están tomando las posturas más agresivas de precios, como se ha visto en las últimas subastas celebradas en México, Sudáfrica, Chile o Brasil. En esas subastas, que suelen ser multitecnología, la fotovoltaica se lleva la parte del león, seguida por la eólica. “Así que no es de extrañar que empecemos a ver a las eléctricas pidiendo protección para las tecnologías convencionales frentes a las renovables. De hecho ya está pasando”, apunta Barredo.
En el marco de la presentación de su informe anual del sector fotovoltaico, UNEF ha mostrado hoy una comparativa de las subastas energéticas internacionales llevadas a cabo este año, y ha definido su posición respecto a la próxima subasta prevista para otoño en España. UNEF defiende, por una parte, que el criterio de la fijación del precio sea en función del precio por kWh ofertado, para evitar sobre–retribuciones, y que se asegure la certeza en la realización de las plantas, para lo que se deben fijar avales, procesos precalificatorios y penalizaciones que eliminen posibles elementos especulativos, pero no impliquen una disminución del grado de competencia.
Además, las cantidades a subastar deberían ser fijadas en función de la energía producida, en lugar de atender a la potencia instalada, para una mayor certidumbre en la consecución de los objetivos establecidos por la Comisión Europea. Se estima que para alcanzar estos objetivos sería necesaria la realización de, al menos, una subasta anual de 3 TWh. La visibilidad a largo plazo de un programa de subastas es esencial para generar industria local y empleo estable, considera UNEF.
El director general de UNEF, José Donoso, ha tratado de definir a un tipo de jugador que parece cada vez más habitual en las subastas eléctricas. “Es el que juega pensando ‘yo quiero entrar, así que voy a ofrecer por debajo de mis costes’, y lo hace pensando que otros por arriba pujarán más alto y nivelarán los precios. El problemas es que luego no se harán esas instalaciones”.
Barredo está convencido de que la fotovoltaica es ya competitiva económica y tecnológicamente. “Estoy seguro que en subastas en España la fotovoltaica rebajaría el precio medio del pool en los últimos años”. En principio parece que hay una subasta planteada de unos 3.000 MW pero nadie sabe si habrá un cupo para la fotovoltaica.
España no cumplirá los objetivos europeos de 2020
Por otro lado, el presidente de UNEF cree que “España no va a cumplir con los objetivos europeos de 2020, si no se toman medidas claras y urgentes de fomento al desarrollo de la fotovoltaica y de todas las energías renovables”.
Las recientes experiencias internacionales de las subastas llevadas a cabo en Chile y México, en las que se ha llegado a obtener precios mínimos de 2,31 centavos de dólar por kWh y de 3,5 centavos de $/kWh respectivamente, han puesto de manifiesto la creciente competitividad del sector fotovoltaico frente a las energías tradicionales. “Ahora es el momento de aprovechar estas experiencias, para que en España también se replique lo que está pasando a nivel internacional” señaló Barredo.
Barreras económicas y administrativas
El informe anual sigue mostrando un estancamiento del mercado fotovoltaico español, que ha reducido drásticamente su ritmo de instalación, representando una parte aún muy reducida dentro del contexto mundial. En 2015, la potencia fotovoltaica instalada en España fue de 49 MW, frente a los 22 MW registrados el año anterior, y acumuló una potencia total de 4.700 MW. De los 49 MW instalados el pasado año, 13 MW corresponden a instalaciones aisladas, la mayor parte de bombeo.
Así, frente a otros países que siguen desarrollando la fotovoltaica, países con los que el mercado español debería compararse por capacidad técnica y relevancia internacional, España destaca por haber reducido drásticamente su ritmo de instalación a raíz de las barreras económicas (“impuesto al sol” para energía autoconsumida) y administrativas que limitan el desarrollo de esta modalidad de producción. “Y que solo actúan para proteger los intereses de los lobbys eléctricos”, señalan desde UNEF.
No es de extrañar que, dada la situación de incertidumbre en España, las empresas españolas participan cada día en más en los mercados internacionales, con presencia destacada en países como México, Reino Unido o Sudáfrica.
José Donoso ha insistido que “lo único que queremos para el autoconsumo son reglas justas”. Y facilitar al máximo los trámites administrativos para las instalaciones sin conexión a red y, por tanto, que autoconsumen el total de la producción. “Las instalaciones sin vertido no tienen que pagar ningún tipo de peaje”. Tampoco se entienden los obstáculos al autoconsumo colectivo. “Es un despilfarro, es absurdo”. Donoso ha vuelto a defenderse de las críticas que califican de insolidarios a los autoconsumidores: “por cada 100 MW instalados el sistema eléctrico podría dejar de ingresar unos 3 millones de euros. Si estamos hablando de permitir la instalación de unos 400 MW, el sistema perdería unos 10-12 millones de euros, cuando factura unos 17.000 millones. Si hay que ponerse a hacer cuentas deberíamos poner otras partidas mucho mayores sobre la mesa”.
Un 25% de crecimiento y reducción de costes
En el marco internacional, el informe señala el incremento de potencia fotovoltaica instalada durante 2015 con 50 GW nuevos, que representa un aumento del 25% con respecto al año anterior y eleva la potencia total acumulada a los 230 GW. Asimismo, durante el pasado año continuó el desplazamiento del mercado fotovoltaico hacia los países emergentes, sobre todo asiáticos (India, Pakistán, China y Japón).
En cuanto al reparto de potencia instalada, Europa representó en 2015 el 16% de la energía fotovoltaica mundial, posicionándose a la cabeza Reino Unido, Alemania y Francia y destacando la apuesta por la fotovoltaica de países como Turquía y Dinamarca. La cobertura de toda la demanda energética europea fue suministrada por fotovoltaica en un 4% y, en el caso concreto de España, la fotovoltaica aportó un 3% a la demanda total del pasado año.
La fotovoltaica fue la tecnología energética en la que más se invirtió en el mundo en 2015: hasta 161.000 de dólares. “Y lo que está empujando hacia arriba las inversiones fotovoltaicas que hacen los países es ya la competitividad, lograr los precios más bajos en las subastas”, afirma José Donoso. La constante evolución tecnológica ha permitido que los precios de los módulos y otros componentes de las instalaciones sigan bajando, “en torno a un 15% el año anterior, y la caída acumulada en los últimos 10 años está entre el 75-80% en toda la cadena de valor”.
Las líneas de evolución de la fotovoltaica se basan en la reducción de costes y el aumento de la eficiencia, que en algunos casos, los mejores, alcanza el 22,55. Hablando siempre de paneles comerciales. El almacenamiento representa el desafío más relevante, porque asegurará la mayor penetración de la fotovoltaica en todos los países, una tecnología sostenible energéticamente y que garantiza la producción de energía barata.
Y si bien es cierto que Europa ha perdido en gran medida los puestos de cabeza que ostentaba en tecnología fotovoltaica, quiere volver a recuperarlos. Lo hará, entre otras cosas, a través de la revisión del Plan Estratégico en Tecnologías Energéticas (SET–Plan), que propone, entre otras cosas, “incrementar la eficiencia de los módulos en al menos un 20% (comparado con los niveles de 2015) para 2020, y en un 35% para 2030; alargar la vida útil de los paneles hasta los 30 años, y reducir los costes en un 20% para 2020 y hasta un 50% para 2030”. Si estas previsiones se acercasen a la realidad no parece difícil predecir qué tecnología energética dominará el panorama global a mediados de siglo.