El nuevo avión de la empresa Solar Impulse, que codirigen Piccard y Borschberg, tiene una envergadura alar de 72 metros, más que un Boeing 747, pero es infinitamente más ligero: solo pesa 2.300 kg, tanto como un coche, gracias a que está realizado en fibra de carbono. Puede alcanzar una altura máxima de 8.500 metros y una velocidad de 90 km/h a nivel del mar, que a máxima altitud llega a los 140 km/h. Su velocidad mínima es de 36 km/h a nivel de mar y de 57 km/h a máxima altitud.
El Solar Impulse 2 incorpora 17.248 células fotovoltaicas y baterías de litio de última generación para almacenar la energía eléctrica, y está preparado para soportar temperaturas de 40 grados bajo cero por la noche y 40 grados por el día. El avión despegará dentro de un año desde algún lugar de la zona del Golfo Pérsico, por determinar, y volará sobre el Mar de Arabia, India, Birmania, China, el Océano Pacífico, Estados Unidos, el Océano Atlántico y el Sur de Europa o el Norte de África.
Solar Impulse 2 es la versión mejorada de Solar Impulse 1, proyecto que lleva ya 12 años de desarrollo y en el que ha participado un equipo multidisciplinar de 80 especialistas. Los pilotos viajarán en una cabina de 3,8 metros cúbicos desde la que se monitorizará las constantes vitales de quien comande el vuelo en cada momento, a fin de detectar cualquier posible anomalía.
Piccard y Borschberg tendrán que alimentarse a base de una comida especial y sólo podrán dormir durante 20 minutos, algo para lo que llevan meses entrenando y que piensan superar con ayuda de técnicas de relajación y auto hipnosis. El aparato podrá permanecer en vuelo hasta cinco días y cinco noches sin tener que aterrizar.
Presentación al máximo nivel
Todos estos datos fueron desvelados por Piccard y Borschberg la semana pasada en la Base de la Fuerza Aérea de Payerneen (Suiza), en el acto de presentación de la aeronave y al que acudieron el príncipe Alberto de Mónaco, el ministro de Defensa suizo, Ueli Maurer, y representantes de las empresas que patrocinan el proyecto, entre las que se encuentran Bayer, Solvay, Omega, Schindler o ABB.
En declaraciones a la prensa, Piccard dijo sentirse "emocionado" por haber llegado hasta este punto y afirmó que este proyecto es una prueba para demostrar al mundo que las energías limpias, junto a una tecnología de vanguardia, pueden contribuir a sostener el medio ambiente si hay detrás una apuesta decidida por ellas. "Es un ejemplo de lo que podemos llegar a construir cuando tenemos esperanza. Se trata de proteger al ser humano, no a la naturaleza. La naturaleza sabría cuidarse de sí misma si desapareciera el hombre. Tenemos que proteger al ser humano de la contaminación, de todos los problemas que él mismo ha construido", subrayó Piccard.
El ministro de Defensa suizo también puso el acento en que este proyecto supone “un invento muy importante para el mundo, pues llevará a todos los rincones del planeta el mensaje de que la energía solar puede ser una alternativa a los combustibles habituales”. El príncipe Alberto II de Mónaco, amigo de Piccard, señaló, por su parte, que este proyecto de "innovación tecnológica" ha de contribuir a "pensar de manera diferente y en la sostenibilidad" del planeta.
Vuelta a EEUU
Solar Impulse dio la vuelta a EEUU el año pasado, en una aventura bautizada como Across America que comenzó el 3 de mayo en San Francisco (California) y concluyó el 6 de julio en New York.
El vuelo tuvo una duración total de 105 horas, 41 minutos y un recorrido de 3.511 millas (más de 5.600 kilómetros), a una velocidad media de 28,8 nudos (51,8 kilómetros por hora). Piccard y Borschberg pilotaron alternativamente el Solar Impulse con paradas en las ciudades de Phoenix, Dallas-Fort Worth, St. Louis, Cincinnati y Washington DC.
El avión hizo escala en cada una de estos puntos y para así dar la oportunidad al equipo de organizar visionados públicos y reuniones políticas con representantes de alto nivel, entre ellos el Secretario de Energía, Ernest Moniz, con el fin de para promover las tecnologías limpias, la eficiencia energética y las energías renovables.
Solar Impulse también ha aterrizado en Madrid, en julio de 2012, en un vuelo internacional –Crossing Frontiers– que le llevó hasta Marruecos y que permitió también a los pilotos del equipo Solar Impulse adquirir experiencia técnica y logística cara al vuelo alrededor del mundo.