Para SMA, empresa líder en la fabricación de inversores solares, “tener en cuenta todos los aspectos que conciernen a los costes de un sistema fotovoltaico es decisivo. El término inglés Total Costs of Ownership (TCO, coste total de propiedad en español) describe un enfoque que no solo tiene en cuenta los costes de adquisición, sino todos los aspectos que implica la utilización de la instalación durante al menos 20 años: gastos en planificación e instalación, costes de mantenimiento y reparaciones e incluso el rendimiento del sistema”.
Con esa visión más integral conviene prestar atención a todos los detalles, teniendo en cuenta que no es lo mismo una instalación de 5 kW en un tejado de Alemania, un parque fotovoltaico de 10 MW en Francia o una red aislada de 60 kW en una aldea situada en el centro de China. Y para todas hay una solución distinta a la hora de pensar en el inversor: con/sin transformador, monofásicos/trifásicos, etc.
Flexibilidad, fiabilidad y fácil instalación son claves a la hora de abaratar costes. Los sistemas fotovoltaicos están diseñados para producir electricidad durante 20 años, al menos. De modo que cada posible avería se traduce en una caída de los beneficios. “Con su centro único en el mundo para la realización de pruebas y ensayos, SMA se encarga de detectar posibles focos de problemas ya en la fase de desarrollo, para que todos los componentes funcionen también bajo las condiciones de uso más duras.
La tecnología de las grandes instalaciones cuenta con su propio centro de pruebas. En él, los ingenieros comprueban el funcionamiento de los inversores centrales de hasta 800 kW con todas las condiciones climáticas, con lo que pueden simular cualquier configuración de generador y red imaginable. “Y el sistema de producción SMArt Flow garantiza unos procesos de fabricación minuciosos y controlables hasta el último detalle, conformes con las más exigentes normas de calidad. El resultado: unos costes de mantenimiento reducidos y la máxima disponibilidad de la instalación fotovoltaica”.
Uno de los distintivos de todos los inversores de la marca es el elevado rendimiento total, que marca el límite máximo técnico de lo posible en la actualidad. “Y que aseguran un rendimiento significativamente mayor al de equipos comparables más económicos, algo que compensa con creces el precio superior de adquisición por la larga vida útil de las instalaciones”.
I+D intensivos
SMA está trabajando en nuevos enfoques para reducir costes. Por ejemplo, en la tecnología de alta frecuencia, la integración de módulos y la reducción de la cantidad de componentes: de este modo pueden construirse todas las bobinas (carretes, inductores, transformadores) para frecuencias elevadas de forma más pequeña, ligera y económica.
Toda pequeña mejora de rendimiento desencadena una serie de efectos positivos: además del aumento de beneficios para el operador de la instalación, se disminuye la carga de calor, lo que permite emplear disipadores más pequeños y carcasas también potencialmente menores. “El objetivo de SMA es la reducción a la mitad de los costes de los sistemas de aquí a 2015. Y en ello trabajan los más de 500 ingenieros de la empresa”.