"Los sistemas de bombeo solar que conocemos se basan en la extracción del agua con módulos fotovoltaicos, así como en el almacenamiento en depósitos elevados o en el embalse de grandes cantidades de agua para después bombearlas con otras fuentes de energía convencionales", afirma la empresa en un comunicado. "Riegosolar –añade– soluciona el problema de las variaciones de caudal que se pueden producir en función de la radiación solar, convirtiéndose en su característica diferenciadora, así como en su seña de identidad".
Otra de las ventajas del sistema de bombeo solar directo es, de acuerdo con la empresa, que no existe limitación de potencia debido a la utilización de bombas convencionales, por lo que si este sistema se quiere usar en un pozo más profundo o una finca de más hectáreas sólo sería necesario incrementar el número de paneles fotovoltaicos que alimentan la instalación. "El procedimiento se adapta a las necesidades de cada finca o terreno, teniendo en cuenta la profundidad del pozo, las dimensiones de la parcela, el tipo de cultivo y el sistema de riego utilizado, lo que nos permitirá optimizar considerablemente la inversión inicial", señala.
En cuanto a costes, indica que "tras estudiar la tendencia de los precios del gasóleo B podemos afirmar que una instalación media estaría amortizada en torno a los seis años si la comparamos con la utilización de un motor diésel para el riego. Si tenemos en cuenta que la vida útil del dispositivo es de unos 25 años nos da una idea del ahorro que supone, solamente en combustible".
Riegosolar recuerda, asimismo, que "el coste de la energía eléctrica está experimentando fuertes subidas debido a la supresión de las tarifas especiales y al actual plan para la eliminación del déficit tarifario; si a esto le sumamos el coste de llevar una línea a un terreno aislado, nuestro sistema resulta más rentable, ya que el precio medio de una instalación fotovoltaica ronda los 6.000€ por hectárea de cultivo".