El sector de las renovables ha cambiado mucho en los últimos años. De hecho, su evolución es constante. Y más allá de la debacle propiciada por los cambios regulatorios, se activan nuevas formas de aprovechar las energías limpias que parecen llamadas a propiciar un cambio de modelo energético desde la base. Es el caso del autoconsumo, la generación distribuida y el crecimiento de la biomasa térmica.
Las grandes instalaciones –parques eólicos y fotovoltaicos, centrales termosolares, etc– siguen, en todo caso, marcando la pauta en otros países por todo el mundo. Y en esa tarea están implicadas de lleno muchas empresas españolas. Además, los miles de megavatios renovables instalados en España requieren afinar en su operación y mantenimiento, para hacerlos cada día más eficientes.
Desde el punto de vista mediático, la forma de leer y de informarse cambia a un ritmo endiablado. Internet gana enteros día a día, el papel resiste y las redes sociales multiplican su influencia a pasos de gigante. Todo ello en medio de una transformación que es analizada a fondo constantemente pero que sigue ofreciendo muchas dudas y pocas certezas.
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