La pobreza energética engloba muchos más aspectos que la imposibilidad de mantener el hogar en condiciones de confort. Como señala Ecodes, está relacionada con situaciones de exclusión social, problemas ambientales y de política energética, precio de la energía doméstica, eficiencia energética en el parque de viviendas residenciales, etc. Se estima que más del 10% de la población en España sufre este problema, porcentaje que está aumentado año tras año. Y Aragón, según los datos de Ecodes, es una de las comunidades donde más ha crecido.
Para atajarlo, la organización ha puesto en marcha una experiencia piloto en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza consistente en monitorizar los consumos energéticos, temperatura y humedad de 15 hogares desfavorecidos del barrio de San Pabloque que sufren esta situación, preseleccionados con ayuda de los trabajadores sociales.
Recogida de datos
La iniciativa comenzará con una primera recogida de datos durante al menos 4 días. Tras ello, se analizarán los hábitos de consumo y se realizará una caracterización de la demanda energética a partir de la información obtenida de la monitorización y de las facturas energéticas de meses anteriores de cada una de las viviendas. A continuación, se realizará un informe personalizado de cada vivienda en el que se incluirá la información que se haya extraído de dicha monitorización, haciendo especial hincapié en el coste económico que supone utilizar cada uno de los equipos, recomendaciones y hábitos a cambiar.
Posteriormente, se desarrollarán talleres de formación en hábitos y soluciones de ahorro energético en el hogar con los habitantes de estas casas. En este taller también se les enseñará a interpretar las facturas energéticas y a buscar el contrato que mejor se adapte a sus necesidades.
Una vez concluidos los talleres, se implementarán en las viviendas algunas de las medidas propuestas, por un importe aproximado de 75 € por vivienda. Entre estas medidas, figuran las siguientes: burletes en ventanas y puertas, enchufes programables, reflectores en radiadores, bombillas de bajo consumo, regletas con interruptor, placas de poliestileno, aislamiento para cajas de persianas, aislamiento adhesivo para cristales, perlizadores de agua, etc.
Segunda fase
Tras la implementación de las medidas, se realizará una segunda monitorización para evaluar la incidencia del taller de formación y las medidas realizadas sobre el consumo energético, la temperatura y humedad de cada vivienda, con el objetivo de poder evaluar la mejora del confort térmico interior y la reducción del consumo eléctrico como consecuencia del cambio de hábitos energéticos.
También se realizarán tomografías en el caso de que se hayan implementado medidas de aislamiento, para poder valorar el efecto que producen.