“Es esencial poner un precio a la contaminación por carbono para ayudar a los países a cumplir con las promesas formuladas en el marco del Acuerdo de París sobre cambio climático, dado que constituye un modo eficiente y eficaz de reducir las emisiones y enviar al sector privado una clara señal para que invierta en un crecimiento más ecológico y menos contaminante”, sostuvo John Roome, director superior de Cambio Climático del Grupo Banco Mundial, durante la Carbon Expo (25-27 de mayo, Colonia, Alemania), según informa el portal Factor CO2.
A medida que más países comiencen a fijar precios a la contaminación por carbono, veremos los beneficios en la salud de las personas y en el medio ambiente, y se incrementarán las inversiones orientadas a un futuro con niveles de carbono más bajos”, añadió Roome.
Vikram Widge, jefe de Financiamiento del Carbono y de Iniciativas Climáticas del Grupo Banco Mundial, reforzó esta argumentación: ”Al fijar un precio para el carbono, se envía una señal importante al mercado. A medida que más países establezcan precios para las emisiones, comenzaremos a darnos cuenta de las enormes posibilidades que hay para reorientar los flujos de financiamiento y pasar de las iniciativas que generan emisiones de carbono a las inversiones con planteamientos inteligentes respecto del clima, que tanto hacen falta”.
Hasta la fecha, 40 países y más de 20 ciudades, estados y regiones que representan una cuarta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero han establecido un precio para el carbono. Este grupo incluye 7 de las 10 economías más grandes del mundo. En conjunto, los mecanismos de fijación del precio del carbono abarcan unas 7 gigatoneladas de CO2 equivalente (el 13 % de las emisiones mundiales), un volumen comparable al que se evitaría si se cerraran durante un año más de 1800 plantas de electricidad alimentadas a carbón. El valor total de los mecanismos de precios existentes alcanza unos 50.000 millones de dólares.
Además, desde 2015 se han puesto en marcha o están en preparación cuatro nuevas iniciativas con las que se busca fijar un precio para el carbono en Corea, Portugal, Australia y la provincia de Columbia Británica en Canadá. México es otro país que prepara la implementación de un mercado nacional de carbono para 2018. Asimismo, China anunció el año pasado que establecería un mecanismo nacional de comercio de derechos de emisión en 2017.
Las estimaciones iniciales presentadas en el informe Carbon Pricing Watch 2016 sugieren que si se pone en funcionamiento ese mercado nacional, el valor de las iniciativas de fijación del precio del carbono de todo el mundo podría duplicarse hasta alcanzar los 100.000 millones de dólares.