El 69% de los políticos españoles encuestados, de instituciones públicas estatales y autonómicas, cree que el energético es el lobby más potente. Por delante de la salud y la banca, que se queda en un 61%. Es una de las conclusiones del informe “El lobby en el nuevo marco regulatorio”, elaborado por Merkastar para las consultoras Cariotipo MH5 y Burson-Marsteller, y que recoge hoy Expansión.
Los políticos españoles parecen aceptar de mejor grado que sus colegas europeos la presión que pueden hacer determinados lobbys a la hora de tomar decisiones. Tal vez por eso el Gobierno ha decidido no regularlos en la Ley de Transparencia, a pesar de que Mariano Rajoy anunció en febrero que sí lo haría. Solo el 34% de los diputados entrevistados considera útil un registro obligatorio de lobbistas, cuando la media europea está 20 puntos por encima. Y llega hasta el 70% entre los responsables de la toma decisiones en las instituciones comunitarias.
Una de las divergencias de opiniones más acusadas entre los políticos españoles y europeos se produce a la hora de valorar si el lobby da un peso inadecuado a las élites y los más pudientes. Mientras el 24% en Europa cree que efectivamente es así, en España solo el 5% de los políticos asume que este riesgo es real.
El estudio español forma parte de un informe más amplio en el que han participado 600 políticos europeos de 20 países. El 46% de los diputados españoles encuestados considera que esta falta de transparencia es el aspecto más negativo de la actividad del lobby, frente al 26% de sus homólogos europeos. Y se sienten presionados por la influencia que el lobbista puede ejercer a través de los medios de comunicación.
Jordi Jané, diputado de CIU y vicepresidente cuarto del Congreso, participó ayer en la presentación del informe y admitió que los lobbys tienen una percepción negativa por parte de la sociedad, aunque los considera necesarios porque “quien toma decisiones tiene la obligación de conocer la incidencia de aquello sobre lo que se va a elaborar una norma. El legislador no puede encerrarse en una cabina aislado de aquello sobre lo que va a legislar" ha asegurado.
Por su parte el diputado del PP Teófilo de Luis, aseguró que la sociedad demanda al político un contacto permanente con su elector, y por ello, considera necesario ese “cauce abierto” a través de los lobbys. Aunque reconoció también que en la relación que debe establecerse entre el político y los lobbys “es fundamental la integridad del cargo público”. Un detalle que, desde luego, conviene no dar por hecho.