Las tendencias, apuntadas en ejercicios pasados, se consolidan. Los inversores continúan reorientando sus capitales. Y lo hacen hacia tres subsectores muy concretos: las energías renovables, las redes y la eficiencia. Lo hacen, además, en detrimento de los combustibles fósiles (el petróleo y el gas), que siguen perdiendo peso como destino de las inversiones. Según el informe World Energy Investment 2016 (WEI 2016), el sector energético global -fósiles, nuclear, renovables, redes, ahorro y eficiencia, baterías, etcétera- atrajo en 2015 inversiones por valor de 1,8 billones de dólares estadounidenses ($), lo que supone una caída del 8% de la inversión, que alcanzó los dos billones de dólares en el ejercicio anterior (2014). El estudio ayer presentado por la Agencia Internacional de la Energía muestra en fin que el sistema energético todo está experimentando una amplia reorientación hacia las fuentes de energía hipocarbónicas y, así mismo, hacia la eficiencia.
Tendencias
No obstante -matiza la Agencia-, la inversión en las tecnologías renovables clave debe continuar creciendo si la economía global pretende estabilizar el clima. Según el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, el informe WEI 2016 revela una amplia mejora en lo que se refiere a la inversión en energías limpias, "a menudo -dice Birol- como consecuencia de políticas gubernamentales". El director de la Agencia no obstante ha reclamado claridad y certidumbre por parte de las administraciones, algo que demandan y necesitan los inversores para continuar apostando por las energías limpias, según Birol. Más aún: "los gobiernos -ha dicho el director ejecutivo de la Agencia- no solo deben mantener sus compromisos climáticos y en materia de seguridad, sino que deben intensificarlos".
Por países
Según el informe WEI 2016, China ha vuelto a ser el mayor inversor global en el sector energético (315.000 millones de dólares, M$) "gracias a que ha incrementado sus esfuerzos en la construcción de redes y de centros de generación bajos en carbono, y gracias asimismo a la implementación de políticas pro eficiencia energética". La inversión en Estados Unidos sin embargo ha bajado 75.000 M$ hasta quedarse en los 280.000 M$. Ello ha sido debido -explica la AIE- a la caída del precio del petróleo y a la deflación. Esa merma (-75.000 M$) vendría a suponer la mitad, aproximadamente, de la caída de la inversión a escala global. Distinto ha sido lo sucedido en Oriente Medio y Rusia, regiones que se han mostrado resilientes a los recortes en la inversión (esta, además, ha ido allí en buena medida al sector petrolero).
Renovables
La inversión en energías renovables (313.000 M$) ha supuesto casi una quinta parte del total del gasto ejecutado en el sector energético global en 2015. En lo que se refiere concretamente a la generación de electricidad, las renovables atrajeron el año pasado más inversores que ningún otro de sus competidores: el carbón, el petróleo, el gas, la nuclear... La AIE además destaca un dato: a lo largo del último quinquenio -2011-2015-, el volumen de inversión en nueva potencia de generación renovable ha caído mientras que la generación de electricidad a partir de esa nueva potencia ha crecido un tercio, "lo que demuestra la enorme reducción de costes que han experimentado en ese lapso tanto la tecnología eólica como la solar fotovoltaica". Segun la AIE, la nueva potencia renovable 2015 es más que suficiente para atender el crecimiento de la demanda eléctrica global de este año.
Redes y baterías
El informe «Inversión Global en el sector Energético 2016» también aborda dos asuntos de creciente interés: las redes y las baterías. "Las innovaciones tecnológicas -dice la AIE- han impulsado la inversión en redes inteligentes y en sistemas de almacenamiento de energía, ítems ambos que está previsto desempeñen un rol crucial en lo que se refiere a la integración de grandes cuotas de energía eólica y solar en las redes". Según la Agencia, las redes eléctricas -"componente crucial de la seguridad energética"- recibieron inversiones por valor de más de 260.000 M$ en 2015 (10.000 M$ en almacenamiento de electricidad). En las antípodas, la inversión en centrales de generación eléctrica a partir de gas natural ha caído en 2015 un 40%: Asia está apostando por el carbón -explica la Agencia- y Europa no parece interesada en sustituir con nuevas centrales de gas las que va a jubilar en los próximos años.
Eficiencia
En economías maduras como las de Europa, Japón y Estados Unidos, el creciente Sector Servicios está debilitando el enlace entre la demanda de energía y el crecimiento del producto interior bruto (antes lo habitual era que cuanto más crecía el PIB, más crecía la demanda de energía; ahora ya no, pues el Sector Servicios genera PIB, pero no consume tanta energía como el Sector Industria, por ejemplo). Estos cambios estructurales están siendo reforzados por las inversiones en eficiencia energética (cuanto más eficiente es una economía, menos energía necesita para producir una unidad de PIB). Pues bien, según el Informe 2016 de la AIE, la inversión global en eficiencia energética alcanzó los 220.000 M$ en 2015, inversión un 6% mayor que la registrada en 2014. La AIE alerta no obstante: los bajos precios del crudo desincentivan la implementación de medidas de eficiencia, sobre todo en el sector transporte y especialmente en países con pocos impuestos.
A pesar de todo, el petróleo y el gas continúan representando el principal sumidero de inversores
Hasta el punto de que esos combustibles fósiles se llevaron en 2015, según el informe de la Agencia, hasta el 45% del total de la inversión que recibió el sector energético global. En lo que se refiere al sector eléctrico en concreto, batió su marca máxima de inversión, pues recibió 690.000 M$, más del 37% del total de las inversiones energéticas (es en ese subsector donde las energías renovables le ganaron la partida a todos sus competidores). El apunte de tendencia no es baladí, pues todo parece apuntar hacia una progresiva electrificación rural del denominado tercer mundo y a una creciente electrificación de todas las actividades -incluida la movilidad- en las sociedades más avanzadas, por lo que las perspectivas para las fuentes renovables parecen muy positivas en todas partes. No pasa sin embargo lo mismo con la nuclear. La AIE señala que, aunque el parque nuclear está envejeciendo, no aparecen nuevos proyectos en su lugar.