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Las claves de la biomasa europea

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¿Por qué cerró la planta de biomasa más grande de Europa (Tilbury B, 750 MW)? ¿Por qué importamos tanto pélet desde Norteamérica? ¿Por qué es importante contar con una normativa sobre sostenibilidad de los biocombustibles sólidos y gaseosos en la UE? ¿Cuánta biomasa se produce y consume en la UE? ¿Qué posición ocupa España? ¿Por qué Dinamarca prohíbe instalar calderas de gasóleo y gas en viviendas nuevas? Todos estos interrogantes, y algunos más, se despejan leyendo el reportaje sobre el barómetro de 2102 sobre biomasa de EurObserv’ER presente en el último número de Energías Renovables.
Las claves de la biomasa europea

Las cifras de la recuperación de la biomasa en 2012, tanto térmica como eléctrica, que muestra el barómetro de EurObserv’ER se quedan casi en segundo plano si se analizan las condiciones tan dispares en las que se dan y el futuro tan incierto que le espera al sector. Casi cada Estado de la Unión Europea tiene implantado un modelo particular de desarrollo y ayudas al sector, aunque en todos priman la reducción de las tarifas incentivadas en la producción eléctrica y el establecimiento de subvenciones y líneas favorables de financiación para calderas y redes de calor, es decir, para la biomasa térmica.

En cuanto a las particularidades de cada país, también hay apuestas dispares. El Reino Unido tiene claro que quiere mantener el impulso a la conversión de las centrales de carbón en centrales de biomasa, a pesar del fiasco de la de Tilbury B (750 MW), cerrada antes de tiempo por problemas de seguridad y viabilidad económica. Sin embargo, sigue en pie y creciendo la gigantesca de Drax (3.600 MW) y hay algunas más a las puertas en Dinamarca y Suecia. En España, donde el desmantelamiento programado de la minería del carbón podría ser un acicate para apostar por la biomasa, está aparcado el desarrollo normativo y la investigación que lo podría hacer efectivo.

Se podría seguir con diferentes ejemplos de apoyo y legislación en torno a la sustitución de la cogeneración con gasóleo y gas por biomasa, implantación de calderas y redes de calor o construcción de nuevas plantas de producción de electricidad, pero hay dos cuestiones importantes en las conclusiones del barómetro de EurObserv’ER. Una es que estima muy complicado que, según la progresión actual, en 2020 se alcancen los 155 teravatios hora (TWh) de producción de electricidad que prevén los planes de acción de energías renovables (Paner) elaborados por los Estados miembros de la UE. Dicha producción llegó a los 79 TWh en 2012, pero la dificultad para abordar nuevas inversiones “eléctricas” por la eliminación de primas hace imposible avanzar de forma sustancial. El otro es que, para mantener el actual ritmo de producción y consumo, tanto de electricidad como de calor, será necesario importar más biocombustibles sólidos.

Récord de importaciones
La importación de biomasa sólida ya es un hecho, y en algunos casos muy relevante. Estados Unidos (1,7 millones de toneladas) y Canadá (1,3 millones de toneladas), y en menor medida Rusia, están batiendo marcas de exportación hacia la UE de pelets de madera. Según el observatorio, el creciente mercado de exportación/importación, entre otros motivos, exige acelerar la aprobación de una normativa comunitaria (actualmente en fase de borrador y estudio) que garantice la sostenibilidad de estos recursos. Todos los sectores implicados, aunque no se acaban de poner de acuerdo sobre las características de esa normativa, son conscientes de su necesidad para que el mercado de la biomasa siga creciendo con garantías ambientales y de seguridad en Europa.

Lo que está claro es que este activo mercado, sin estar ya condicionado por el benigno clima invernal que se dio en 2011, y si el cambio climático no lo hace más recurrente, mantiene una línea de progresión en la producción y consumo de biomasa sólida en la UE. Todos los indicadores que miden las estimaciones presentadas por el barómetro de 2012 muestran subidas con respecto a 2011, resituando al sector en la línea de continuo ascenso que lleva desde finales del pasado siglo. Entre 2011 y 2012 la producción de energía primaria con biocombustibles sólidos subió un 5,4%, frente a la caída del 2,9% que presentó entre 2010 y 2011. La producción alcanzó los 82,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep), superando los 78,2 de 2011 y los 80,6 de 2010.

Desde el año 2000 la producción de energía primaria con biomasa se ha incrementado en una media anual del 3,8%, pasando de 52,5 a los 82,3 de 2012. El consumo de biomasa como energía primaria ascendió a 85,7 Mtep. La mencionada importación de pelets de madera desde Canadá, Estados Unidos y Rusia cuadra la diferencia entre producción (82,3 Mtep) y consumo (85,7 Mtep). Se constata así que la UE constituye el mayor mercado del mundo de pélets de madera. Según datos de la European Biomass Association (Aebiom), el consumo interno fue de 15,1 millones de toneladas (el mundial se estima entre 22,4 y 24,5 millones de toneladas) y la producción de 10,5 millones de toneladas, lo que quiere decir que se importó casi el 30%. En la UE encabezan la producción Alemania, con 2,2 millones de toneladas, Suecia con 1,2, Letonia con un millón, y Austria con 0,9.

En cuanto a las cifras de producción de energía que aporta EurObserv’ER (como siempre insisten en que son estimaciones que pueden variar un poco en relación a los resultados finales), en 2012 subió la de calor en un 12,9%, hasta los 7.9 Mtep, y la de electricidad en un 7,8%, hasta los 79,5 TWh. En este último caso se remarca algo ya mencionado, la importante contribución de las centrales térmicas de carbón (situadas principalmente en el Reino Unido), que reconvierten su producción con biocombustibles sólidos, especialmente pélets. En cuanto al consumo de calor, se alcanzaron los 68 Mtep, con un incremento del 4,6%. El 88,3% de este consumo procedió de los sectores doméstico e industrial.

España, octava en consumo
Con la información disponible, España se mantiene sexta en producción de energía primaria con biomasa sólida, con 4,8 Mtep, y octava en consumo, con la misma cifra. En ambos casos mandan Alemania (12 Mtep) y Francia (10,4 Mtep), que, como España, suben con respecto a 2011. EurObserv’ER no refleja datos de la producción de calor con biomasa sólida para España en 2012, como tampoco para Francia o Portugal (solo se dispone de información de 20 de 27 países). En lo referente a nuestro país, se explica en parte por
la ausencia del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) entre los organismos que aportan información a EurObserv’ER. El IDAE siempre ha aparecido en las listas de colaboradores en barómetros anteriores. Desde el IDAE no dan ninguna explicación a esta ausencia.

En consumo de calor España mantiene la octava posición de 2011, aunque no parece que estén registrados los datos de 2012, ya que siguen los mismos del año anterior, es decir, 3,8 Mtep, En cualquier caso, Francia, Alemania, Suecia y Finlandia comandan una lista que también ha visto crecer sus números generales, al pasar de 65 a 68 Mtep. En el consumo de biomasa sólida por habitante España desciende un puesto, del 18º al 19º, con 0,103 tep per cápita, alejada de la media de los Veintisiete, que es de 0,170, y muy alejada de los primeros puestos, que ocupan Finlandia (1,4 tep), Suecia (1 tep), Estonia (0,610 tep) y Austria (0,598 tep).

Que no aparezca ningún organismo oficial ni asociación del sector de España como suministrador de datos sobre nuestro país lleva a reflejar situaciones erróneas, como que no aparezca ni un solo kilovatio térmico en redes de calor, cuando hay cerca de 80 redes y 80 MW en funcionamiento. En el campo de estas redes se nota la apuesta de los países nórdicos, ya que la clasificación la encabezan Suecia, Finlandia, Dinamarca y un país centroeuropeo también con mucha raigambre en el district heating, Austria.

Aparte de diferentes iniciativas legislativas y de financiación para desarrollos térmicos en países como Francia y el Reino Unido, llama la atención el caso de Dinamarca, que irá a mejor en los próximos años. El barómetro de EurObserv’ER destaca que desde el pasado año está prohibido instalar calderas domésticas de gas y gasóleo en viviendas nuevas, medida que se ampliará a las antiguas a partir de 2016. El gobierno danés financia esta medida con 5,6 millones de euros.

300.000 calderas; 508 millones
Sobresale también en instalaciones térmicas Alemania, que incluye el impulso a sistemas de cogeneración de alta eficiencia con biomasa y ayudas para la implantación de 30.635 calderas de biomasa en 2012 en el sector residencial. EurObserv’ER calcula que, desde su puesta en marcha, este programa ha subvencionado la instalación de 304.000 calderas con un coste de 508 millones de euros. Por último, el Reino Unido desarrolla un modelo de tarifas incentivadas en el ámbito térmico a través del Renewable Heat Incentives para sistemas no domésticos de producción de calor en los sectores público,  industrial y de negocios.

En la producción de electricidad llama la atención que en un año especialmente adverso en España por la legislación que limita el crecimiento de este sector, haya pasado de 3 a 3,4 TWh. En este crecimiento influyó positivamente la puesta en marcha en septiembre de 2012 de la planta de 50 MW de Ence (Energía y Celulosa) en Huelva, que le permitió a España escalar del décimo al octavo puesto. En el conjunto de la Unión Europea descuellan sobremanera los casos de Polonia y el Reino Unido.

EurObserv’ER se para en detallar este último caso, al pasar de 5,6 TWh en 2011 a 7 TWh en 2012, un incremento del 25,7%. Resaltan que la principal explicación reside en la puesta en marcha completa de la malograda central de Tilbury B (750 MW), que cerró en agosto de 2013, pero no por ello piensan que empeorarán estos números. Por un lado recuerdan que dentro de la política de incorporación de renovables hay previsto llegar a los 500 MW eléctricos de biomasa en 2013 y por otro se mantiene la apuesta industrial por la co-combustión (incluso tras otro fracaso, la central de Ironbridge de E.ON), especialmente con la mastodóntica central de Drax (seis unidades de 660 MW cada una), donde ya entra biomasa en algunas de sus calderas, pero cuyos planes son convertir al 100% con biomasa tres de las unidades. La primera ya entró en funcionamiento en julio de 2013, la segunda se espera para este año y la tercera entre 2015 y 2016.

En cualquier caso, en el apartado eléctrico siguen mandando Alemania, con 12 TWh, Finlandia, con 10,3 TWh (baja con respecto a 2011), y Suecia, con 10,2 TWh. A pesar de la subida de España, los primeros países de la tabla crecen en mayor cuantía y porcentaje que el nuestro, aunque llama la atención también que entre los principales operadores de plantas de producción de electricidad con biomasa no aparezca Ence, que con sus 230 MW actuales supera a algunas compañías que sí se citan en el barómetro, como las finlandesas Kaukaan y Fortum y la francesa GDF/Suez Cofely. Los primeros puestos los copan la británica Drax Group Inc, la alemana E.ON y la finlandensa Pohjolan Voima Oy.



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