Una vez entendido claramente que la electricidad en España es muy cara para el consumidor doméstico como consecuencia –sobre todo – del exceso de ganancias tradicional de las grandes compañías eléctricas con el permiso de los gobiernos, corresponde ahora un repaso a esos beneficios y a cómo los obtienen.
Una vez se encuentra la electricidad en las zonas de consumo, hay “especialistas” que la distribuyen, es decir, la acercan –en todos los sentidos, no sólo geográficamente, también técnicamente– a los consumidores particulares. Ese trabajo lo hacen las llamadas distribuidoras que, como es natural, cobran por ello.
Finalmente, las comercializadoras compran la electricidad al “sistema” y la venden al consumidor y, ni que decir tiene, cobran por ello. De momento, con datos de la CNE he llegado a los siguientes números para 2011:
Total pagado por los consumidores españoles, 35.753,5 millones de euros, cifra en la que están incluidos los 6.928 millones de euros (4,864 + 18 %) que se lleva el Estado en forma de impuestos. La diferencia, 28.825,5 millones, es lo que, teóricamente, ha costado todo el sistema.
Generadores (sin contar primas del régimen especial), 15.133,8 millones de euros (42,3%)
Transporte, 1.491,3 millones
Distribuidoras, 5.230,6 millones
Sumando, llevamos ya 21.855,7 millones de euros (61%)
¿Adivinan los nombres de los generadores, distribuidoras y comercializadoras en España? ¡Han acertado! Mayoritariamente, las cinco hermanas en la electricidad (que no en la caridad) asociadas en UNESA.
A esto hay que sumar otros gastos del sistema, que pueden resultar sugerentes a los lectores: Las ya célebres “primas” al régimen especial, que no son subvenciones como quieren hacernos creer sino –como dice la ley 54/97 que las puso en marcha (gobierno del PP)- compensación por sus beneficios ambientales. En el año 2011, 5.968,1 millones de euros, que se repartieron de la siguiente manera:
No renovable, es decir, cogeneración (casi todo con gas natural), eliminación de residuos (también con gas natural) y residuos, 1.866,1 millones de euros.
Renovables (eólica, minihidráulica, fotovoltaica, solar termoeléctrica, y biomasa), 4.990,4 millones (el 13,96% del total del sistema). Por cierto, la solar termoeléctrica, 426,6 millones (el 1,19 % de lo que pagamos los consumidores)
Como se ve, las primas a las energías renovables, además de absolutamente legales (recortarlas es, simple y llanamente, un robo que el gobierno hace a los ciudadanos que han respetado las leyes; además de la pérdida de seguridad jurídica en nuestro país que eso implica) representan muy poco en el recibo y disminuyen el total de lo que hay que pagar (voy a calcularlo para la próxima columna).
Una “curiosidad”: en el año 2011 los consumidores pagamos, además, 1.650 millones de euros para absorber el déficit de tarifa de años anteriores. Lógicamente en esa cantidad están incluidos los intereses de las empresas eléctricas que lo han “titulizado”. Como se colige de los datos, los únicos “primos” somos los consumidores. Los domésticos, más que todos. Y las grandes compañías eléctricas son las “hermanas”, que no primas, que se llevan la mayor parte del “pastel”.
Si el Sr. ministro quiere resolver el problema del déficit de tarifa debería tenerlo claro. Con un pequeño escrito en el Boletín Oficial del Estado en la dirección correcta estaría resuelto.
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* Una verea (vereda) es (RAE) “un camino angosto, formado comúnmente por el tránsito de peatones y ganados”. En mi tierra se dice: “cuando un tonto coge una verea, se acaba la verea y sigue el tonto”. Llevo mucho tiempo en la verea de las energías renovables y espero no ser yo el tonto.
