El día 5 de octubre, los copresidentes del grupo de trabajo ad hoc de la Plataforma de Durbán, el grupo negociador para el nuevo acuerdo, presentaron un nuevo texto para las negociaciones, un texto que reducía de 80 a 20 páginas la extensión del futuro acuerdo de París. Según Ecologistas en Acción, la presidencia presentó "un texto profundamente desequilibrado, en especial en materia de adaptación a los efectos del cambio climático y financiación de la lucha contra el mismo; ese fue el primer gran error de la reunión y se materializó con la queja del G77 y China sobre la eliminación de gran parte de las posiciones de muchos países".
A oscuras
Pues bien, Ecologistas en Acción considera "intolerable" que, en el segundo día de Bonn se impidiese la entrada a observadores de la sociedad civil dentro de los grupos de negociación, "una decisión sin precedentes que vulnera claramente la resolución de la Cumbre del Clima celebrada en Doha en 2012, que impulsaba una mayor transparencia en las negociaciones". Esa medida -explica Ecologistas- fue promovida por Japón "con el beneplácito de los copresidentes y el silencio cómplice de los países del Grupo Paraguas (los países más industrializados), grupo en el que se encuentra la Unión Europea, y, pese a la oposición de la mayoría de partes, la decisión aún no ha sido retirada".
La sociedad civil
Así, en el tercer día de la pre-cumbre de Bonn, y mientras en la sala de prensa numerosas organizaciones civiles denunciaban la falta de transparencia del nuevo proceso, "en los grupos de trabajo -explican los ecologistas- se posponía a la cumbre de París cualquier decisión relacionada con los grandes objetivos del acuerdo: la meta a largo plazo, los mecanismos de financiación y la consideración de cómo articular los mecanismos de pérdidas y daños". Quienes apoyan esta paralización sostienen que deben de ser los gobernantes quienes negocien. Habida cuenta de todo ello, Ecologistas en Acción se pregunta "qué valía tienen unas negociaciones en las que los negociadores no pueden negociar".
Encuentro fallido
Según esta organización ecologista, "el encuentro ha fallado en su objetivo de alcanzar un preacuerdo que sea discutido en París, ya que en Bonn lo único que se ha hecho ha sido exponer las posiciones de los países". Ecologistas recoge en su comunicado las declaraciones de varios participantes en Bonn que opinan lo mismo que la oenegé española: así las de la embajadora francesa, Laurence Tubiana, “en París tendremos que negociar todo al mismo tiempo"; o las del embajador peruano, Jorge Voto Bernales, "el texto resultante no es lo suficientemente bueno, contiene numerosas opciones complejas y puntos de vista distintos. Requerirá mucho tiempo construir puentes entre las diferencias".
Soluciones
Habida cuenta de todo ello, Ecologistas en Acción "se lamenta de que, encuentro tras encuentro, desde la reunión el pasado mes de febrero en Ginebra, los negociadores no estén a la altura del enorme reto que supone el cambio climático, al no llegar a acuerdo real alguno, y posponer todas las decisiones importantes a la Cumbre de París". La falta de ambición -concluye Ecologistas- "pone en enorme riesgo el acuerdo de París y, con ello, la supervivencia de muchas comunidades, tanto naturales como humanas". La oenegé, en todo caso, deja abierta una ventana a la esperanza: "es necesario un impulso definitivo hacia un cambio de modelo, que cada vez parece más claro que vendrá de la sociedad civil, una sociedad civil a la que se le ha negado la entrada en las reuniones". Ecologistas además señala las soluciones: "un giro hacia una energía 100% renovable, la agroecología y los circuitos de producción y consumo cercanos y sostenibles".