El informe «Tracking...» cuantifica en 295.000 millones de dólares estadounidenses lo invertido en 2014 en proyectos de generación de energías renovables, cantidad que supone un incremento del 17% con respecto a la registrada en el ejercicio anterior. El dato adquiere una relevancia aún mayor si tenemos en cuenta -apunta Clean Energy Canada- que los costes de las tecnologías renovables han experimentado fuertes caídas y que, consecuente y lógicamente, cada dólar invertido en ellas se traduce en "más aerogeneradores y más placas solares y más megavatios que hace tan solo unos pocos años". Así -continúa el informe-, el vasto mercado de las energías limpias, que incluiría los parques edificatorio (climatización y electricidad) y móvil (combustibles), ha crecido hasta los 788.000 millones de dólares, cantidad que -según Clean Energy Canada- también adquiere una mayor relevancia si tenemos en cuenta la caída libre que ha experimentado el precio del petróleo en ese mismo período (o sea, que ni siquiera el abaratamiento de los combustibles fósiles ha sido capaz de parar la demanda de energía limpia). Cierto es -matizan desde la Universidad Simon Fraser- que los derivados del petróleo son empleados prioritariamente en el sector transporte, por lo que ese factor -la caída del precio del crudo- no ha tenido el peso suficiente como para ralentizar "el constante crecimiento de la electricidad renovable" ("it didn’t slow the steady rise of renewable electricity").
Las tendencias
Clean Energy Canada publicó su primer informe «Tracking...» el año pasado y en él ya señalaba que las energías limpias ya han dado el salto de lo marginal a lo fundamental ("the leap from boutique to big"). Pues bien, este segundo «Tracking...» ha constatado nuevamente esa tendencia -dicen sus autores-, hasta el punto de que en 2014 las energías renovables se han convertido en el gran engranaje ("high gear") de la revolución energética global. El informe salido de la Simon Fraser University señala además que la prueba más destacable de esa condición clave que han adquirido las energías renovables ya la apuntaba hace unos meses la Agencia Internacional de la Energía, cuando revelara que las emisiones de gases de efecto invernadero se estabilizaron por primera vez el año pasado aun cuando la economía continuó creciendo. Pues bien, la Agencia -explica Clean Energy Canada- atribuye ese desacoplamiento (incremento de emisiones y crecimiento siempre fueron de la mano, mientras que ahora no) al efecto combinado de dos fenómenos: la incontestable eclosión global de las energías renovables y la recogida de los primeros réditos de las políticas de ahorro y eficiencia energética que han ido siendo implementadas a lo largo de los últimos años en muchos rincones del globo.
Tecnologías
Según «Tracking...», la hidroelectricidad, la energía solar y la eólica llevan tiempo conduciendo la revolución energética. Y aunque el crecimiento de esta última -la eólica- se ralentizó en una cierta medida en 2013, el escenario ahora vuelve a ser el de antaño: "gracias a la recuperación de la certidumbre política en los Estados Unidos, en 2014 el sector eólico ha vuelto a lograr un fuerte crecimiento". Otro de los fenómenos a los que alude Clean Energy Canada es la construcción de la Gigafactoría de Tesla Motors, que algunos analistas -dice el informe- estiman que puede revolucionar hasta tres ámbitos del consumo energético: el hogar, el transporte y el negocio de las baterías industriales. Por fin, el tercer dato clave del informe es quizá que la inversión en combustibles fósiles ha caído en 50.000 millones de dólares en 2014. El prólogo del informe «Tracking the Energy Revolution-Global» concluye con una nota final. Dice así: "nadie dijo que fuera fácil. Quedan por delante muchos desafíos, y el formidable cambio [la revolución energética] que está teniendo lugar tiene opositores y contratiempos. Describimos a continuación algunos de ellos, recalcando cada uno de sus hitos y señalando las tendencias". Clean Energy Canada se define como un "think tank" especializado en clima y energía. Su sede se encuentra en el Centro para el Diálogo de la Simon Fraser University, en la Columbia Británica (Canadá).