“El voto unánime de la ITC confirma lo que ha sido evidente en el mercado durante los últimos dos años: los fabricantes chinos, con el apoyo entusiasta de su gobierno, han tratado de jugar con el sistema de comercio internacional a fin de obtener un monopolio virtual sobre las células y módulos solares en el mercado de los EEUU ”, ha declarado Gordon Brinser, presidente de Solarworld, la empresa que el pasado año inició el proceso antidumping contra los productores chinos. “Hemos visto los resultados de esta campaña, con más de una docena de empresas ya sea cerrando sus fábricas o reduciendo significativamente la producción y el empleo en los Estados Unidos”, añadió.
El fallo del ITC supone que a partir de ahora los fabricantes chinos deberán pagar aranceles de importación, pero no introduce aranceles retroactivos durante el periodo de investigación, lo que ha sido aplaudido por la coalición CASE (Coalition for Affordable Solar Energy), que se opuso al proceso antidumping. En un comunicado, CASE señala que espera que en el futuro EEUU y China puedan resolver sus diferencias a través del diálogo y la negociación, en vez de mediante “aranceles unilaterales y una guerra comercial”.
Los fabricantes chinos Suntech, Trina y Yingli han hecho declaraciones en el mismo sentido que CASE.