Todos los indicadores que miden las estimaciones presentadas por el barómetro de biomasa sólida de 2012 de EurObserv’ER muestran subidas con respecto a 2011, resituando al sector y el mercado en la línea de continuo ascenso que lleva desde finales del pasado siglo. Entre 2011 y 2012 la producción de energía primaria con biocombustibles sólidos subió un 5,4%, frente a la caída del 2,9% que presentó entre 2010 y 2011. La producción alcanzó los 82,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep), superando los 78,2 de 2011 y los 80,6 de 2010.
En 2012 subió la producción de calor en un 12,9%, hasta los 7.9 Mtep, y la de electricidad en un 7,8%, hasta los 79,5 TWh. En este último caso, los analistas de EurObserv’ER remarcan la contribución de las centrales térmicas de carbón (situadas principalmente en el Reino Unido) que reconvierten su producción con biocombustibles sólidos, especialmente pelets. En cuanto al consumo de calor, se alcanzaron los 68 Mtep, con un incremento del 4,6%.
Sin noticias del IDAE en el barómetro
EurObserv’ER recalca en la presentación de cada uno de los indicadores que se trata de estimaciones, y esto es así especialmente en países como España, ya que este año, entre los veinte organismos estatales que han enviado información para realizar el barómetro, no aparece ninguno de nuestro país. Es la primera vez en los últimos años que el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) no consta entre los organismos colaboradores, de ahí que haya cifras de producción y consumo que no se incluyan, entre ellas ni un solo kilovatio térmico en redes de calor, cuando hay cerca de 80 redes y 80 MW en funcionamiento.
Con la información disponible, España se mantiene sexta en producción de energía primara con biomasa sólida, con 4.8 Mtep, y octava en consumo, con la misma cifra. En ambos casos mandan Alemania (12 Mtep) y Francia (10,4 Mtep), que, como España, suben con respecto a 2011. EurObserv’ER no refleja datos de la producción de calor con biomasa sólida para España en 2012, como tampoco para Francia o Portugal (solo se dispone de información de 20 de 27 países).
España crece en producción de electricidad
En cuanto al consumo de calor, España mantiene la octava posición de 2011, aunque no parece que estén registrados los datos de 2012, ya que siguen los mismos del año anterior, es decir, 3,7 Mtep, En cualquier caso, Francia, Alemania, Suecia y Finlandia comandan una lista que también ha visto crecer sus números generales, al pasar de 65 a 68 Mtep. En el consumo de biomasa sólida por habitante España desciende un puesto, del 18º al 19º, con 0,103 tep per cápita, alejada de la media de los Veintisiete, que es de 0,170, y muy alejada de los primeros puestos, que ocupan Finlandia (1,4 tep), Suecia (1 tep), Estonia (0,610 tep) y Austria (0,598 tep).
En la producción de electricidad llama la atención que en un año especialmente adverso en España por la legislación que limita el crecimiento de este sector, haya pasado de 3 a 3,4 TWh, lo que le permitió escalar del décimo al octavo puesto. Aquí siguen mandando también Alemania (12 TWh), Finlandia (10,3 TWh, pero baja con respecto a 2011) y Suecia (10,2 TWh). En cualquier caso, los principales países que suben lo hacen en mayor cuantía y porcentaje que España. Llama la atención también que entre los principales operadores de plantas de producción de electricidad con biomasa no aparezca Ence (Energía y Celulosa), que con sus 230 MW actuales supera a algunas compañías que sí se citan en el barómetro, como las finlandesas Kaukaan y Fortum y la francesa GDF/Suez Cofely.
La sostenibilidad, clave para mantener el mercado
Por último, en el análisis final que hace el barómetro de EurObserv’ER estiman muy complicado que en 2020 se alcancen los 155 TWh de producción de electricidad que prevén los planes de acción de energías renovables (PANER) elaborados por los Estados miembros de la UE. Por otro lado, se reconoce que para mantener el actual ritmo de producción, tanto de electricidad como de calor, será necesario importar biocombustibles sólidos y que eso requerirá acelerar la aprobación de una normativa comunitaria que garantice la sostenibilidad de estos recursos. Todos los sectores implicados, aunque no se acaban de poner de acuerdo sobre las características de esa normativa, son conscientes de su necesidad para que el mercado de la biomasa siga creciendo en Europa.