En España, las energías renovables ha sufrido durante 2012 uno de los golpes más duros que se pueden dar a un sector que fue claramente líder mundial en distintas tecnologías durante la década anterior. ¿Cómo se puede explicar y cómo se puede salir del atolladero en el que el mal gobierno ha metido al sector?
Una parte de la explicación ya la desarrollé en un artículo, publicado en noviembre en el blog de Energías Renovables, titulado “¿Incompetentes o lacayos-mercenarios?”. No voy a repetirla. Pero hay otra parte de la explicación, que allí no se desarrolló, y que voy a exponer aquí. Se trata de las relaciones que deberían existir entre la sociedad, las empresas desarrolladoras de tecnología y los poderes públicos. O en otras palabras, ¿cómo la sociedad puede hacer suyas o apropiarse de las tecnologías que permiten aprovechar los flujos biosféricos que tienen cualidades energéticas? Solo cuando la sociedad se apropia de la tecnología, es cuando se le da a la tecnología un uso social y se impide su uso al servicio de intereses particulares.
La España post-franquista desarrolló una democracia de muy baja calidad, por lo que los gobiernos prácticamente no son influidos por los movimientos sociales. Además el Parlamento ha acabado siendo una cadena de transmisión del gobierno y no un poder para gobernar al servicio de la ciudadanía que lo elige. Las empresas tecnológicas tampoco han cuidado, en ningún momento, sus relaciones con la sociedad. En cambio han preferido dedicar sus esfuerzos a hacer campañas de publicidad, por un lado, y a presionar directamente al gobierno, por otro, descuidando influir desde el Parlamento a partir de una base de complicidades creadas.
Y la muestra la tenemos en que ante los ataques a las renovables, promovidos por los oligopolios de la electricidad y ejecutados por los gobiernos de turno, no ha habido, hasta ahora, una firme respuesta social, basada en una amplia coalición de grupos e intereses diversos, que plante cara, de forma decidida, al gobierno y a los oligopolios, para defender a las energías renovables al servicio de la sociedad.
Ante la presente situación, se hace urgente organizar una respuesta social en base a aquella parte más activa de la sociedad que esté dispuesta a jugar un papel pionero en la transformación del sistema energético, para que, tomando ejemplos prácticos concretos de apropiación social de las tecnologías concretas, vaya siendo posible reforzar la base social de apoyo a las energías renovables.
En Catalunya ya tenemos hoy algunos primeros ejemplos: el proyecto Viure de l’aire del cel (www.viuredelaire.cat), iniciado en Barcelona y la cooperativa Som Energia (www.somenergia.coop), nacida en Girona. El proyecto Viure de l’aire del cel, surgió a raíz de la celebración del 25 aniversario de la conexión a red el primer aerogenerador moderno (Ecotécnia 12/15, Valldevià, 1983) en Catalunya. Para conmemorar la efeméride la sección local de Eurosolar lanzó la idea de instalar un aerogenerador de propiedad compartida. Hoy ya se está materializando el proyecto para la instalación de un aerogenerador de 2,7 MW de potencia en Pujalt (comarca de la Anoia, Barcelona) y se está tramitando la correspondiente autorización. El objetivo es generar en un sitio concreto una cantidad de electricidad equivalente al consumo de energía que cada uno hacemos en nuestra vida cotidiana (electricidad, combustible, carburante). Som Energia nació en noviembre de 2010 y, en estos momentos, lleva ya superados con creces los 4.000 socios cooperativos. Desde hace un año comercializa electricidad verde e invierte en instalaciones de generación (solar FV y biogás).
Escribo esto, recién llegado de Berlín, donde fui invitado a participar en la conferencia Energiewende – dezentral und genossenschaftlich (que se puede traducir por ‘Cambio de tendencia en la energía – descentralizada y cooperativa’), organizada por la Federación de cooperativas alemanas y asociaciones Raiffeisen (se remontan a mediados del siglo XIX cuando las primeras cooperativas y sociedades de crédito aparecieron con el fin de apoyar a los agricultores en una época de hambruna y colapso económico), que se reunió en la sede del DZ Bank, a la sombra de la Puerta de Brandenburgo. En ella participamos más de 500 personas, la mayoría alemanas, y se presentaron ponencias sobre numerosos proyectos de cooperativas de energía que funcionan hoy en Alemania, y que se han multiplicado de forma exponencial en los últimos años, demostrando la gran capacidad de apropiación de la sociedad alemana de las tecnologías renovables.
La conferencia contó también con la participación del ministro alemán de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear que se dirigió a los asistentes reafirmando las políticas de abandono nuclear y firme apoyo a las renovables. Antes de la clausura de la conferencia fui testigo directo de una muy interesante discusión entre parlamentarios de todos (¡TODOS!) los partidos del Bundestag entorno a cuál es el futuro de la revolución de la energía descentralizada, en la que se puso de manifiesto el apoyo de todo el arco parlamentario a los proyectos cooperativos y ciudadanos de energía.
Muchas cosas deben cambiar en España para iniciar la revolución de la energía descentralizada.