Según el estudio de la AIE, esto ocurre a pesar de que España es uno de los 16 países analizados en los que se ha alcanzado ya la paridad de red; es decir, que en nuestro país el coste promedio de la producción de electricidad de una instalación de autoconsumo a lo largo de toda su vida útil es igual que el precio que tendría la electricidad consumida de la red.
El informe de la Agencia Internacional de la Energía analiza de forma comparativa la situación del autoconsumo en 20 países de todo el mundo, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Austria, Brasil o México. El objetivo de este estudio es comprobar cuáles han sido los modelos de implantación de las instalaciones de autoconsumo en diferentes países, contrastar sus diferencias y ver cuáles son sus potenciales de mejora.
Adecuar la producción a la energía que se consume
Diego García Carvajal, director de la Oficina en España del Instituto Europeo del Cobre (organismo que ha colaborado en la realización de este estudio) señala que “el autoconsumo es una medida excelente para fomentar la eficiencia energética, con los beneficios medioambientales y el ahorro económico que supone para las familias, más que una forma alternativa de generar electricidad fuera de la red convencional”.
“Una manera de fomentar esa eficiencia energética es concentrar el consumo en las horas centrales del día –añade– . Para ello, habría que programar los electrodomésticos (lavadora, lavavajillas…) para que funcionen durante estas horas. Otra posibilidad es utilizar bombas de calor-frío que nos permitan transformar y acumular la electricidad en forma de energía térmica como losas radiantes o termos, instalar baterías eléctricas, o incluso, pensando a medio plazo, podremos usar para el autoconsumo las baterías de los vehículos eléctricos”.
Repaso por países
En los 20 países analizados por la AIE el autoconsumo se permite de un modo u otro, pero las regulaciones difieren significativamente. Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en el informe:
• El autoconsumo es aceptado en todas partes, a veces con un marco jurídico ad hoc, a veces sin él. El principio de autoconsumo es siempre el mismo: la electricidad que es producida por la instalación fotovoltaica y localmente consumida reduce la factura de electricidad del consumidor. Sin embargo, esta reducción no se aplica de la misma manera en todos los países.
• En general, se acepta que los costos variables de la red incluidos en la factura de la luz y ahorrados gracias al autoconsumo no deben ser pagados. De todos los países analizados, España es el único que aplica un impuesto adicional que recupera una parte de estos costes de red. Otros países han modificado (caso de Austria), o están pensando hacerlo (Francia) la estructura de las tarifas de la red, para aumentar la parte fija y reducir la parte variable ligada al consumo.
• La compensación económica por inyectar el exceso de electricidad fotovoltaica en la red también varia notablemente. De hecho, en España no se paga en absoluto. “Se considera que la electricidad FV no tiene ningún valor en el mercado y se espera que los prosumidores autoconsuman toda su producción”, subraya la AIE.
En general, la electricidad fotovoltaica vertida a red obtiene un valor relacionado con el precio del mercado mayorista de la electricidad, si bien hay países, como Suiza, en la que se la penaliza ligeramente. Esta penalización está relacionada con los costes incurridos por la comercializadora para poner la electricidad fotovoltaica en el mercado. El único país en que se paga a un valor más alto es Reino Unido.
• En la mayoría de los países, la propiedad de la instalación fotovoltaica puede diferir de la de los consumidores de electricidad. En algunos, como México o Brasil, se acepta que el autoconsumo no esté ligado necesariamente al mismo lugar donde está situado el sistema FV, mientras que en Países Bajos está permitida la división de la producción entre varios consumidores.
• Algunos países imponen códigos de red específicos a los propietarios de los sistemas fotovoltaicos, caso Dinamarca y Alemania. En Australia, hay estados que limitan la cantidad de electricidad solar a inyectar en la red.
Por otra parte, en varios de los países analizados existe una tendencia a poner límites a los incentivos políticos destinados a fomentar el autoconsumo.
El estudio de la Agencia Internacional de la Energía se encuadra dentro del Programa sobre Sistemas de Energía Fotovoltaica que desarrolla este organismo y en el que participa la Comisión Europea y 29 organizaciones más. Dicho programa tiene como misión el potenciar la colaboración internacional para situar a la energía solar fotovoltaica como una pieza clave hacia la implantación de modelos de generación de energías sostenibles.
